POV Bastian:
—Bastian... ¿Está todo bien?
Salgo de mis pensamientos al oír la preocupada pregunta de mi mejor amigo, Alessandro. El moreno de ojos color café me mira fijamente, como si quisiera leerme la mente. Parece que soy incapaz de controlar mis expresiones porque hasta Aless pudo notar que algo me consume.
Me río, negando levemente, y me acomodo mejor en mi asiento, suspirando de manera profunda. No es que me ría de la preocupación de mi amigo, más bien me río de mí mismo. Ya no me siento como antes.
La razón de mis altibajos tiene nombre y apellido. Un nombre y apellido que despierta mis más profundos deseos. Por más que lo intente, ella no sale de mi mente.
—Se acerca el cumpleaños número 20 de Alaia —respondo con voz pesada, mientras masajeo mi sien. Estoy cansado—. No sé qué regalarle este año.
Los ojos de mi amigo se abren como dos verdaderos platos y parece genuinamente sorprendido. ¿Cómo no? Soy un hombre que, desde muy joven, ha sido amante de las mujeres y nunca he duda