GEMA
—No puedo aceptarlo. Es muy caro…y yo...
Y de nuevo aparece en su rostro esa expresión de tristeza que nunca antes había visto.
Al principio su semblante era un enigma, imposible de leer… pero ahora… ahora puedo vislumbrar lo que siente. Lo estoy conociendo más, y eso me gusta.
Lo que no me gusta, en absoluto, es esa tristeza. Me duele verla ahí, en su hermosa cara.
—¿Por qué no? Lo compré para ti. Esa pequeña rosa es mi manera…—traga saliva— La manera de decirte que me importas…
Se queda callado, pero su mano toca la mía apenas una caricia y me quita la cajita que sostenía. La abre, abre el broche con delicadeza y me ofrece el collar.
—¿No puedes simplemente aceptarlo? Me gustaría mucho verlo puesto en ti…
Me desarma por completo. Giro ligeramente y levanto mi cabello con una mano, dejando que me lo coloque. Su toque recorre un lateral de mi cuello, y me estremezco.
—¿Ves? Queda precioso en ti…
Me doy la vuelta y asiento con la cabeza, incapaz de articular palabra. Mis sentimi