Gema
En cuanto entramos al bar, un montón de olores distintos nos envuelven: puedo distinguir vampiros, magos y brujas, algún Fae… y hasta un par de cambiaformas, ¿una pantera quizá? El aire está cargado de energía, música y murmullos. Nos dirigimos a la pista de baile mientras Leonardo y Kain van a por las copas—para aparentar, ni siquiera vamos a beber—. Cuando regresan, los hombres parecen tensos, mirando a todos lados como si estuvieran vigilando cada movimiento.
Bel y yo nos cruzamos una mirada y nos reímos un poco de la actitud de estos dos. Miro a mi alrededor: todos se lo están pasando bien, y eso me arranca una sonrisa—este ambiente, no tiene nada que ver con las fiestas de los vampiros—. Nos lanzamos a bailar juntas, ignorando un poco a los hombre, que parecen dos estatuas hasta que alguien golpea sin querer a Leonardo y él gruñe. Rápidamente, pongo mi mano en su brazo para que no la líe… Un suspiro ligero sale de mis labios ante su reacción exagerada. ¿Porque los hombres sie