Siento mi cara caliente; sé a qué se refiere mi hermano; creo que nos escucharon por lo de anoche.
—Bueno, vamos, necesitas descansar y mi hijo también —me dice.
Los dos empezamos a caminar, llegamos a mi habitación y entramos los dos.
Escucho como se cierra la puerta, llego hasta el espejo y me siento frente a él.
Tomo uno de los algodones, hecho un poco de líquido para desmaquillarme y comienzo a limpiarme la cara.
Me lo quito por completo; tiro el algodón a la basura.
Observa a Vladímir por el espejo que me mira atentamente.
Veo que se quita la camisa y miro por el espejo su trabajado abdomen.
Se comienza a acercar a mí. Lo siento en mi espalda.
Si la mano comienza a subir por mi hombro, llega a mi cuello y aparta mi cabello a un lado.
Toma de mi cuello los cordones de mi vestido y los desata.
La parte de arriba del vestido cae dejando al descubierto mis pechos.
Con su mano baja hasta uno de mis pechos y lo comienza a acariciar.
Cierro mis ojos, siento sus labios en mi