Mateo
Se ha terminado el tiempo que mi amigo me pidió para saber quién es ese hombre.
Voy directo a su casa, entro sin tocar y lo veo en su computadora.
—Espero que me tengas la información que te pedí —le digo.
—Sí, pero te vas a meter problemas muy grandes si piensas hacerle algo a ese hombre —me advierte.
—¿Qué mierdas estás diciendo? —le preguntó confundido.
—Todo lo que pude investigar de ese hombre es que él está al mando de la mafia rusa y que su padre era Grigori Antonov —me cuenta.
—¿Estás seguro de que ese hombre está al mando de la principal y más poderosa mafia rusa? —le vuelvo a preguntar.
—Si su nombre es Vladímir Antonov. Así que si piensas hacerle algo, piénsalo dos veces; si algo le pasa a ese hombre, toda la mafia rusa vendrá contra ti —me advierte nuevamente.
—Ya cállate, hijo de perra; eso no es de tu incumbencia lo que yo piense hacer —le digo enojado.
Tomó de mi saco tres pacas de billetes y se los arrojó en la cara. Veo que los toma y empieza a contarl