Anabela
Veo que se sigue acercando, cierro mis ojos, siento sus labios en los míos.
Mis labios se mueven respondiéndole a su beso. Me besa muy tiernamente; siento como sus manos hacen que me pegue más a él.
Pongo mis manos en su cuello y nos seguimos besando. Me comienza a recostar en el sillón sin dejar de besarnos.
No sé si sean las hormonas del embarazo, pero comienzo a sentir como mi cuerpo se comienza a calentar.
Siento las manos de Vladímir acariciando una de mis piernas.
Deja de besarme los labios y va besando mis mejillas hasta llegar a mi cuello.
Siento cómo me besa; eso me gusta mucho; después regresa a mis labios y me vuelve a besar.
Escucho como su respiración se torna agitada igual que la mía. Me separo de él y veo como me mira algo confundido.
Se quita de encima de mí y se sienta a un lado; noto que está algo incómodo.
—Perdón, me dejé llevar —se disculpa.
—Está bien, solo que me quedaba sin aire —le digo.
Me levanto y pongo mi mano en su hombro y me acerco a