Olivia:
Días después.
Han pasado casi diez días desde la cena con los padres de Adler, desde ese entonces no me ha vuelto a llamar, tampoco a escribir. Quería llamarlo pero supuse que el estaría ocupado ya que es un hombre de negocios y no perdería el tiempo para hablar conmigo.
Yo tambien he estado ocupada con la Floristeria y los pasteles, el señor Gordon no me ha pedido pasteles ya que según el, su esposa se enteró que estaba comiendo dulce a escondidas y le prohibió comer mas pasteles asi que por ahora no me podra comprar por el bien de su salud.
Maya ha venido a ayudarme pero no viene seguido por que esta en finales de su carrera y tiene que estudiar mas para terminar su carrera.
Aun pensaba en los padres de Adler, ambos me han caido bien, fueron amables conmigo, la madre de Adler es un amor de persona, me gusto mucho hablar con ella sobre postres y pidiendome algun consejo para hacerlos mas deliciosos. Fue como un abrazo al corazón ya que fue inevitable no pensar en mi mamá al verla.
Su padre también fue muy dulce, se nota que quiere a sus hijos, verlo me hizo recordar a mi mamá, esa enfermedad tan cruel que para ella fue difícil de superar, espero que su padre mejore, porque perder a uno, es realmente doloroso.
Deje esos pensamientos atrás y busque en las redes sociales el usuario de Adler, al encontrarlo, me di cuenta de que tiene que mas de veinte millones de seguidores, no sigue a nadie y tiene solo tres fotos subidas, una en Italia al lado de un auto personalizado, otra en un Yate y la última con sus padres y hermana. Se nota que no es aficionado a las redes, yo no suelo subir nada en mis redes, solo veo memes para reírme un rato.
Le doy seguir a su perfil.
Guarde mi teléfono al escuchar entrar a un cliente que venia con una pequeña de la mano.
—Bienvenidos.
—Gracias, quiero un ramo de margaritas, que no sea ni tan grande ni tan pequeño.
—Claro que si, digame como lo desea.
El señor me dio las indicaciones de como quería el ramo de margaritas. Hoy era un dia movido y lo agradecia, mientras mas personas lleguen mejor, podre pagar la mensualidad de la hipoteca y esperaba que me quedara algo de dinero para llevarle algún regalo a la madre de Adler por haber sido tan amable conmigo la noche de la cena.
(...)
La tarde había llegado y ya no era tan concurrentes los clientes, siempre es asi por las tardes, además de que el clima no ayuda mucho ahora. Parece que esta por llover, esta muy nublado y frio.
—Mejor cierro.
Me puse los guantes junto con el gorro y salí para empezar a recoger las macetas con las flores, no quiero que ninguna se estropee por la fuerte brisa que esta haciendo.
—¿Necesitas ayuda?
Voltee al escuchar esa voz. Chase estaba detrás de mi.
—Chase, cuanto tiempo.
—Así es florecita —sonrió— ¿necesitas ayuda con eso?
—No gracias —entre con una maceta enorme en las manos.
—Oh vamos Olivia ¿todavía sigues resentida conmigo? Han pasado dos años.
—¿Tenias que mencionarlo? —deje la maceta en el suelo— ya estaba por olvidarlo Chase, no tenias porque decirlo.
—Te dije que había sido un error y no me creíste.
—Chase, me engañaste con una chica, tu arruinaste una relacion de cuatro años ¿y todavía me preguntas si estoy resentida? —me crude brazos— que poca vergüenza tienes.
—Pero eso fue un error, algo que no hice en mis cinco sentidos, estaba borracho y sucedió.
—Claro, echale la culpa al alcohol de tus errores —fui al mostrador— ¿a que viniste?
—A verte, no te veía desde hace dos años —se recargo del mostrador— he aprendido de mis errores Olivia, quiero que lo intentemos de nuevo.
—No —rei—, tu te burlaste de mi, me usaste, me engañaste, no pienso volver contigo asi que dejame en paz desde ya.
Chase y yo nos conocemos desde toda la vida, fue mi amigo desde la primaria, estuvo conmigo hasta cuando mi mama fallecio, al pasar los años me di cuenta de que estaba perdidamente enamorada de el. Lo amaba mas que a nada, mas que a mi misma y ese fue un terrible error.
Era el mas popular del barrio por ser lindo, atlético, por tener un auto y las chicas les llovía, pero decidió fijarse en mi ya que lo conocía bien, sabía lo que le gustaba y lo que no. Pero estaba tan cegada de amor que no me daba cuenta de que el era una persona dañina para mi.
Odiaba demostrar su amor en publico, no me presumía, casi nadie sabia que eramos novios, no teníamos citas y cuando lo buscaba me hacia sentir mal, a tal punto que yo misma le pedía disculpas por sus propios errores.
Después de entregarle lo que tanto quería de mi, empezo a alejarse y ahi me di cuenta de lo mal que estaba al estar a su lado, no me sentía amada, no confiaba en el. Chase jamás me quiso y lo peor es que dure tres años a su lado. Por eso me aterra el apego emocional, temo de que me suceda lo mismo.
Y agradezco que Adler me haya dejado las cosas claras porque no deseo volver a repetir la historia con Chase de nuevo.
—Voy a recuperarte —me señalo— si pude hacerlo una vez, lo hare de nuevo.
—Suerte con eso Chase, ahora vete, déjame trabajar.
El solo sonrio y luego salió de la floristería riendo. No pensaba caer de nuevo en sus encantos baratos. Saque la libreta para hacer el conteo de lo que hice hoy en el dia. Luego escuche la campana de la puerta.
—Chase si vienes a moles..—alce la vista, Adler estaba parado en la puerta.
—¿Quien es Chase?
—Hola Adler, estoy bien ¿y tu? Si lo se, diez sin saber de ti ¿todo bien? —dije de forma sarcástica.
—Como sea ¿quien es Chase? ¿El chico que acaba de salir?
—No es nadie importante ¿que te trae por aquí?
—Vine a verte —se acercó a mi—, he estado muy ocupado por eso no te he llamado.
—No te estoy pidiendo explicaciones, pero gracias por decirmelo.
—¿Estas por cerrar? —asenti— bien, te espero, te invito a comer.
—¿Hablas en serio? ¿Tu? ¿Invitandome a comer?
—¿Quieres o no quieres ir? —soltó con fastidio— porque puedo irme —señaló la puerta.
—Espera un momento ahí —señale la silla.
El asintió y se sentó en ella. Estoy un poco sorprendida de su cambio de humor, pero no importa, me invitó a comer que es lo importante. No, seguro lo hizo para decirme que hay un evento o algo asi y tengo que acompañarlo.
Seguí con mi libreta y empecé a contar el dinero, estaba contenta porque hice mas de cien dolares, es mucho mas de lo que hago en un dia normalmente. Si la racha sigue asi, podre tener lo suficiente para el final de mes y pagar la hipoteca.
Sentí mi teléfono vibrar en mi pantalón, lo saque y era una notificación de I*******m: El usuario @Adler_Hoff ha comenzado a seguirte.
—Eres la primera persona que sigo en redes, siéntete afortunada —dijo mientras miraba su teléfono.
—No sabes cuanto —dije irónica.
Después de guardar el dinero ordene un poco la floristería para abrir mañana. Busque mi bolso y mi abrigo. Adler salió luego lo hice yo, deje todo cerrado y apagado. Salude a algunas personas del barrio, luego subí al auto de Adler. El condujo hacia donde sea que me llevaría a comer.
—La prensa dentro de poco va a revelar quien es mi pareja —su tono de voz era frio— asi que tienes que estar preparada para lo que viene.
—¿Y que viene?
—Los de prensa van a seguirte y no te dejaran en paz.
—No me gusta como suena.
—Estamos en esto Harrison, espero que te acostumbres.
Lo dudo. Dudo que me acostumbre a lo que viene después. En este momento odiaba mis pies por haberse tropezado y que el estuviera en mi camino. Pero así es la vida, odiandome desde que crecí.
—Te menti —miré a Adler sin entender— iremos al supermercado.
—¿A que?
—A comprar material para hacer una bomba molotov Harrison.
—Hablo en serio Adler.
—Ya verás.
Cruzo en una calle para entrar al estacionamiento de un supermercado enorme. El se bajo asi que yo lo seguí. Me puse mi abrigo y entre con el. Ahora que lo veo bien, el esta demasiado elegante a comparación de mi que yo tengo un pantalón negro y suéter blanco puesto. Adler tomo un carrito y empezó a recorrer el lugar, me sentía tonta siguiéndolo.
—¿Me dirás que hacemos aquí? —trataba de seguirle el paso.
—Vas a cocinar para mi.
—¿Que? ¿Estas loco? No hare tal cosa —negue.
—Te pagare.
—¿Cuanto?
—Cien dólares y dos artículos del supermercado ¿que dices?
—Bien pero, ¿porque quieres que yo cocine?
—Quiero que hagas el pollo que llevaste aquel dia a la empresa —metió salsas al carrito— además de otras cosas, no soy bueno cocinando la verdad, así que supuse que podría probarlo de nuevo.
—Bien, pero tienes que ayudarme.
—Estas loca si crees que me llenare las manos de pollo o algo asi, para eso te estoy pagando ¿no?
—Es solo una ayuda pequeña, además puedes aprender a replicarlo, no siempre estaré disponible.
—¿A no? —volteo hacia mi y yo negué— el chiste es que lo prepares cada vez que te lo pida.
—No señor, no pienso hacer eso, asi que vas a aprender —le sonreí— vamos al area del pollo y después iremos por mis articulos.
—Como digas.
Fuimos hasta el área de las carnes y compre el pollo que iba a preparar pero como el señor tiene mucho dinero compró mas de la cuenta al igual que carne y salmón. Arroz entre otras cosas, me sorprende que para ver algún producto vea cuantas calorias tiene, supongo que para el su físico lo es todo.
—¿Que llevarás?
—Aun no lo se, hay muchas cosas que desearía llevarme —mire el anaquel con muchos dulces— me gustan los dulces.
—Eso es dañino ¿lo sabias?
—No me importa, hay que disfrutar mientras se pueda —le sonreí—, llevare M&M'S y Ramen instantáneo.
—¿Solo eso?
—Me dijiste dos cosas Adler.
—Lleva dos mas —asentí emocionada.
—Entonces la nutella y galletas. Gracias.
—Tómalas, quiero irme.
La tomé y las puse en el carrito. Fuimos hasta la caja a pagar, por suerte no estaba tan lleno. La cajera no dejaba de mirar a Adler, queria reirme porque lo miraba a el y luego a mi. Adler solo permanecía en silencio mientras ella no dejaba de mirarlo. Ambos salimos con las bolsas, me sorprende la fuerza que tiene para llevarlas en las manos hasta su auto. Abrió el maletero y yo lo ayude a subir las bolsas al auto.
(...)
Después de un largo camino hacia su departamento. Llegamos. Me sorprendí de lo enorme que este lugar, parecía una fortaleza, había elegancia por todos lados, además de lo gris y opaco que era todo el lugar. Dejamos las bolsas en la cocina.
Quede impresionada con el tamaño de la cocina, era enorme, de mármol negro Dios, esta es mi cocina de ensueño.
—¿Quien limpia tu departamento? —fui a la sala.
—Cada mes viene una mujer a hacer limpieza, no es mucho lo que hace ya que siempre mantengo el lugar limpio, no me gusta el desorden ni que toquen nada, asi que deja ese jarrón en su sitio.
Deje el jarrón de donde lo tome, no quiero que se me caiga y tenga que pagarlo, así como el traje. Me quite la chaqueta y el bolso, lo deje sobre el sofá doblado, espere que Adler ordenara todo lo que compro.
—¿Que necesitas a parte del pollo?
—Especias, papas, pasta de tomate, queso, cebolla, ajo y perejil.
—Bien —dejo todo sobre la enorme isla de la cocina. Llegue a la cocina y me lave las manos para picar el pollo— dijiste que te ayudaría ¿que tengo que hacer?
—¿Esta bien el arroz? —asintió— ¿lo sabes preparar?
—Creo que si, no debe ser difícil ¿verdad? —me encogí de hombros.
Le empecé a indicar como preparar el arroz blanco, me sorprende como hace todo tan calculado y perfecto, en fin, capricornio tenia que ser. Al menos ya sabe como hacerlo.
—Oye Adler ¿me harias un favor?
—No.
—Por favor.
—¿Que quieres?
—¿Perdías recogerme el cabello? Olvide hacerlo y tengo las manos llenas de pollo y no quiero que me quede el olor. La liga esta en el bolsillo trasero de mi pantalon.
El asintió un poco indeciso. Se poso detrás de mi y metió la mano en el bolsillo trasero de mi pantalón, me quede estática hasta que sacó la liga de mi pantalón. Luego empezó a recoger mi cabello, pensé que me haría una coleta pero terminó haciendo una trenza.
—Listo —murmuró.
—Gracias.
Se fue hacia la sala mientras que seguí con lo mio. Termine de cortar el pollo y me dispuse a hacer lo demás. Adler regreso y se quedo a mi lado mirando como hacia todo.
—Entonces eso va despues.
—Si, tienes que esperar que el pollo se dore un poco junto con la cebolla y el ajo, asi toma mas gusto.
—Entiendo ¿la papa va después?
—La papa va de ultimo junto con el perejil, puedes usar cilantro si lo deseas.
—Tiene que quedar como lo preparaste.
—Bien —murmuré— ¿siempre eres así? Ya sabes, mandón y eso.
—Siempre.
—Y de pocas palabras.
—¿Hay mucho que decir acaso?
—Pues si, hablar con alguien siempre es bueno.
—No lo necesito Harrison —ambos nos miramos— me siento bien siendo como soy.
Habia tension entre nosotros, es obvio pero no sabia por que. El solo me miraba de forma intensa, esos ojos me miraban con indiferencia, pero a la vez había algo mas que no sabia que era.
—¿Te has enamorado?
Su pregunta me tomo por sorpresa.
—Si, me enamore una vez.
—¿De Chase?
—¿Que te hace creer que es el?
—Algo me dice que si es el Harrison.
—Si, fue de el, pero eso es pasado, ya no importa.
—¿Estas segura?
—Muy segura —mi voz salió firme— ¿y tu?
—Jamás me he enamorado, pienso que eso es una perdida de tiempo.
—¿Porque lo dices?
—Es mi manera de pensar y ver las cosas. El único amor que me importa es el de mis padres, nada mas.
Se aparto un poco de mi para dejarme continuar con la comida. Decidí no seguir con la conversación y terminar de hacerle el bendito pollo que el quería.
El amor, el sentimiento más hermoso y poderoso del mundo según mi madre. Citas y poesía para tratar de expresarlo y describirlo. Como lo vemos algunos, según nuestras experiencias personales vemos el amor desde formas distintas. Quizá Adler no conozca el amor de pareja debido a alguna desilusión, no creo que jamás se haya enamorado, o al menos le haya gustado alguien. Me gustaría pensar que en algún momento haya querido a alguien.
Deje de pensar en tonterias sobre Adler y termine de cocinar el pollo, ya estaba listo así que lo serví en un plato para el.
—Ten, espero que te guste.
—¿No comerás?
—No tengo mucha hambre —le reste importancia— come, yo limpiare la cocina.
—Esta bien —le dio un bocado a la comida— esto es delicioso, en serio.
—Me alegra que te guste —le sonreí.
Recogí todo y deje limpia la isla de la cocina. Luego empecé a lavar los platos y todo lo que use en la cocina. Después de dejar todo lavado lo seque y lo deje ahi ya que no se donde se guarda todo. Voltee hacia el enorme ventanal al escuchar un trueno, había empezado a llover a cantaros allá afuera.
Solté un grito cuando voltee por completo. Adler estaba frente a mi.
—Me asustaste Adler.
—¿Lo hice? —subí mi rostro y asentí— eres facil de asustar entonces.
—No mucho la verdad. ¿terminaste?
—No, aún queda comida, siéntate conmigo a comer.
Solamente asentí, el tomo mi mano y me llevo a la silla que estaba al lado de la suya. Me senté en ella y vi como se fue hacia la cocina y tomo un plato para servir mas comida, luego lo puso en la isla. Adler saco una jarra de jugo y la dejo sobre la isla con dos vasos. Luego se sentó a comer.
Yo tambien empece a hacerlo. Ambos estabamos en silencio mientras comíamos y escuchábamos la lluvia caer, la verdad que se siente bien y relajante comer así.
Adler sirvió jugo para los dos y el siguió comiendo. Yo por mi parte sentía un pequeño nudo en mi estomago y no entendía porque.
Después de terminar de comer. Yo misma recogí los platos y lo demás para lavarlos. Esperaba que dejara de llover pero parecia que no pararia por ahora. Estaba lavando los platos cuando sentí a Adler detrás de mi.
—Gracias por la comida Olivia.
—No hay de que —mi voz salió aguda, me estaba poniendo nerviosa y no entendía porque— me alegra que te haya gustado.
Me seque las manos y voltee, el estaba demasiado cerca de mi.
—Creo que debería irme.
—Esta lloviendo muy fuerte, además, no puedes irte sola.
—Podría pedir un taxi.
—No me parece buena idea. Los taxis son peligrosos Olivia.
Iba a responderle pero mis palabras se atascaron en mi boca al sentir como los labios de Adler chocaron con los míos suavemente. La sorpresa inundo mi cuerpo y mente cuando sus labios tibios se entrelazaron con los míos, no reaccione al instante, lo hice cuando su brazo rodeo mi cintura y me pegó a su cuerpo. Su mano se fue a mi mandibula y se unio mas a mis labios haciendo que el beso se intensificara.
Mi cuerpo estaba temblando, mis nervios se alteraron al sentirlo mas y mas cerca de mi. Mi corazon latia tan fuerte que sentía que se iba a salir, estaba hecha un mar de emociones en este momento que no sabia como explicarlo.
Se separo de mis labios lentamente.
—Llevaba días queriendo hacer esto —murmuró.
—¿Días?
—Asi es ¿te quedarías esta noche?