ULRIK
Hablar con Soren luego fue más sencillo de lo que pensé, y su disposición me dijo que quizá no sería tan complicado proseguir; sin embargo, seguiría manteniendo un ojo sobre él.
Solo en un momento crítico sabría si de verdad era de fiar.
Volví a la habitación de Lars, encontrándolo aún dormido, y me recosté en el sofá. Dormí un poco, y desperté cerca de las cuatro de la mañana, incapaz de conciliar más el sueño.
Lars despertó cerca de las seis, y una enfermera vino a revisar su medicación.
Antes del desayuno, el doctor le mandó a hacer una nueva tomografía de la cabeza para comprobar la progresión de su encefalitis.
Por suerte, todo parecía ir bien y podría dejar el hospital en breve, aunque pasarían unos días antes de que pudiéramos volver a Dinamarca. El doctor dijo que, como el viaje en avión hasta Copenhague duraba menos de dos horas, en unos tres o cuatro días podríamos partir.
Lo llevé a mi habitación a que se recostara, porque debía estar lo más descansado posible, pero n