Mientras el salón de fiesta era un caos, Bastián y Adelia están de lo más cómodos tomando una taza de té.
—¿Crees que todo haya salido bien?
Le pregunta Adelia al lobo y este la mira con ojos brillantes.
—Por supuesto que sí, confío plenamente en la luna y el alfa.
Responde mientras come las deliciosas galletas de chocolate con tranquilidad.
—Mmm, entonces me siento más tranquila.
Dice está dando un suspiro y Bastián se detiene a mirarla de manera intensa haciendo que ella se ponga nerviosa.
—Deja de mirarme así Bastián.
—¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa?
Le pregunta en un tono burlón y Adelia arruga el ceño y tuerce la boca.
—Ja, ya quisieras.
El lobo observa a su hembra y se relame los labios mirando su hermoso rostro y sus hermosos labios carnosos.
—Adelia.
—¿Si?
—¿Puedo besarte?
—¿Qué?
—Se que escuchaste.
—Si lo hice… Sólo quiero confirmar lo que acabas de decir.
—¿Puedo besarte?
El chico vuelve a decir y la ninfa se muerde los labios mirando al lobo.
—¿Por qué qui