ADELAIDA:
—Raizel, ese emperador no me gusta para nada.
Le digo mientras ambos bajamos las escaleras para cenar con su majestad.
—Hermosa, a mí tampoco me gusta, pero hay que seguir las estúpidas reglas y protocolos.
Explica y yo ruedo los ojos.
—Estoy comenzando a odiar esto.
Murmuro y recibo un dulce beso en mi mejilla.
—Todo estará bien bonita, ya verás.
Habla para luego tomar mi mano y entrelazar nuestros dedos para terminar de bajar las escaleras.
Al llegar al comedor ya el emperador se encuentra ahí con una sonrisa, mientras otro hombre permanece a su lado con rostro serio.
—Disculpe el retraso majestad.
Mi hombre hace una reverencia y yo hago lo mismo.
El emperador solo se ríe y con unas señas nos manda a sentar.
—Disculpas aceptadas, pero mañana, tendrá que dar un paseo conmigo lady Ivanov.
Sonrío de medio lado y lo miro a los ojos.
—Señora Norfolk, su majestad.
Le digo y este me mira alzando las cejas.
—Ambos no se han casado, por lo tanto, usted es una Ivanov lady.
Dice y fr