Él solo quería empujar a Clarissa, nunca tuvo la intención real de divorciarse.
¿Cómo podía ser tan apresurada? ¿Solo porque le dijo un par de palabras feas, ya decidió dejar todo abandonado?
¿O en serio quería divorciarse?
¿Se le había corrido la teja a su mujer?
—¿Cómo supiste donde me mudé?
La voz de Clarissa se puso cortante, y su cara se puso dura como un puño.
Luca se rio con tono burlón.
¿Que cómo lo sabía?
Desde que Clarissa empezó con la idea de divorciarse, él había puesto un rastreador en su teléfono sin que ella lo supiera.
No importaba a dónde fuera, él siempre podría encontrarla.
Cuando Clarissa vio la expresión de Luca, lo entendió todo de inmediato.
Cerró los puños con rabia.
Luca miró alrededor del pequeño apartamento, recorriéndolo de arriba abajo. La burla y el desprecio en sus ojos eran más que obvios.
—¿Así que este es tu nuevo hogar?
Se rio de manera cínica.
—Pequeño y miserable. ¿De verdad crees que alguien puede vivir aquí? Déjate d