Clarissa dijo que no con la cabeza, pero como no era una videollamada, Vittoria no pudo verla agachar la mirada. Entonces, respondió:
—Aún no me he divorciado, solo que ya no aguantaba a Luca, así que decidí mudarme.
Los ojos de Vittoria se iluminaron con emoción.
¡No aguantaba más a Luca! Eso solo podía significar que estaba a punto de comenzar una nueva vida.
—Clarissa, dime algo… ¿tu futuro esposo ya sabe que te mudaste?
Clarissa se quedó un segundo en silencio, algo sorprendida por la pregunta.
Vittoria, que la conocía demasiado bien, no tardó en insistir:
—¡Cariño! ¡Mándale un mensaje a Giovanni y dile que te has mudado!
¿Mandarle un mensaje a Giovanni?
—¿No crees que sería demasiado obvio?
De repente, sintió que sus mejillas y la punta de sus dedos comenzaban a arder.
—¿Por qué iba a serlo? En el futuro, se supone que te casarás con él, ¿no? Entonces, él será tu pareja. Decirle que te has mudado es lo más normal del mundo.
—Envíale el mensaje y observa cóm