Luca ya sospechaba que lo rechazarían, pero no esperaba que fuera de una forma tan directa. Ni siquiera le dieron una mínima oportunidad. Sintió un pequeño dolor en el pecho, pero aun así forzó una sonrisa y dijo:
—De acuerdo, gracias por su tiempo, Salvatore.
Luego, se dio la vuelta y salió de allí. Salvatore se quedó quieto y se rio mientras lo veía irse.
¿Qué se creía para competir con Giovanni? Lo mejor que podía hacer era que se mirara en un espejo.
Luca no se dio cuenta de la mirada de desprecio de Salvatore. Al regresar al Grupo Financiero Ferrucho, le contó a Enrico que no había logrado reunirse con Giovanni. Enrico suspiró varias veces y le ordenó que siguiera intentándolo, que en algún momento encontraría la manera de verlo.
Sin otra opción, Luca volvió a las oficinas del Grupo Financiero Santoro y pasó todo el día sentado en la sala de espera, pero nunca lo recibieron.
Día tras día, Luca intentó sin éxito obtener una reunión, lo que dejó claro que en Grupo Santor