Liliana tenía mucho miedo, pero se defendería con uñas y dientes, antes de que ese hombre la lastimara, ella no lo iba a permitir, sobrevivir era su única lucha.
—¡Maldita! Me has herido, voy a matarte, arpía.
Los gritos y llanto de Carlitos resonaban por la casa.
Minerva intentaba calmarlo, pero el niño no se contenía.
Cuando Demian bajó y escuchó ese llanto supo que Carlitos estaba ahí, Liliana también, tocó a la puerta
—¡Abran!
—¿Papito Demian? —exclamó el pequeño al reconocer el sonido de su voz.
Demian escuchó la voz de Carlitos, como nadie abría, unos hombres dispararon a la cerradura, y pudo entrar.
Minerva no lo esperaba, dio un paso atrás y tomó al niño con la pistola, apuntándolo, Carlitos sollozó, pero Demian se abalanzó contra la mujer que débil ante su imponente presencia, se asustó y soltó el arma, Demian golpeó a la mujer, le dio una fuerte bofetada, la hizo caer al suelo.
—¿Dónde está Liliana?
Carlitos apuntó al fondo, Demian pidió que cuidarán a Carlitos, él y Cedric f