Esto tenía que ser un chiste, después de no querer hablar conmigo cuando se lo pedí, ahora estaba sentado sobre mi cama.
-Se puede saber que haces? – las margaritas que me había tomado me estaban surtiendo efecto.
-En dónde estabas? – lanzó los tacones aún lado sin hacer el más mínimo caso – te estoy hablando.
-Creo que le preguntas a la mujer equivocada – se levanta y trata de tomarme del brazo y lo esquivo – no tengo nada que responder.
-Estaba preocupado – pongo los ojos en blanco – detente un momento.
Sigo caminando por la habitación buscando la pijama para cambiarme y quitándome todas las prendas que me coloque.
-Te puedes hacer aún lado – estaba atravesado en la puerta que da hacia el baño – necesito cambiarme.
-Solo quiero hablar – logra tomar mi brazo, pero me deshago de el.
-Que quieres hablar? Que necesitas? No te cansas de lanzar señales hacia todos lados – comienzo a sentirme agobiada – estoy cansada.
-Se que me fui por unos días, pero era necesario para ambos – c