Mundo ficciónIniciar sesión—¡Vera, despierta!
Varias gotas frías cayeron sobre mi cara antes que pudiera abrir los ojos.
En las sombras de la cabina, encontré su silueta oscura inclinada sobre mí, su mano apoyada en mi hombro sano para sacudirme suavemente.
—¿Qué ocurre? —musité confundida.
—Levántate y ven. Tienes que ver esto.
El entusiasmo contenido en su acento me sorprendió, pero hice lo que decía. Cuando vio que tanteaba en busca del liviano pantalón de lino que vistiera al caer el sol, tomó mi mano jalando apenas.
—Olvídalo, no lo necesitas.
—Pero…
—¡Sígueme!
Me llevó de la mano escaleras arriba a la cubierta principal y más allá de la baranda, a la plataforma a ras del agua. Era una noche increíble, sin viento, sin nubes, el cielo cubierto de estrellas y la luna







