Mundo de ficçãoIniciar sessãoEstábamos en una especie de recibidor en la esquina sudoeste del Cubo. Frente a mí y a mi izquierda había puertas dobles, blancas como las paredes y cerradas, con paneles digitales junto a cada una. Suelo de mármol reluciente, plantas y cuadros como decoración, las luces aumentaron de intensidad automáticamente cuando salimos del ascensor.
Big Sallie cruzó el recibidor y su pulgar bastó para desbloquear esas puertas. Fui tras él en silencio. Me precedió por otro corredor hasta una puerta vaivén, sin picaporte, que abrió para mí.
Esta vez fue su turno de permanecer inmóvil hasta que pasé primero. El lugar parecía el vestuario de un gimnasio de lujo, con lockers, duchas, cambiadores, una estantería con gruesas toallas, otra con artículos de higiene, y una puerta en cada extremo. Una de ellas tenía un rótulo que indicaba que era un ba







