Desde el momento que ambos soltamos de nuestros labios el tan esperado "acepto", todo el día se volvió un rotundo éxito.

Al menos lo es hasta ahora.

El besó fue algo extrañó. Corto pero dulce, lo ideal para una pareja recién casada que apenas y se conocen.

Aún así, no se logro evitar sentir un poco de incomodidad.

Esas no eran mis expectativas para un primer besó. Igual al final se hizo lo que se pudo.

La celebración se encontraba en pleno apogeo, los gritos de los campesinos eran de pura alegria. A donde sea que mires, todo el mundo baila sin contener emoción alguna, golpeando sus pies contra el suelo en un hermoso ritmo que podría ser digno de hasta hacer una canción.

—¿En serio preparaste todo esto tu sola, querida? —Una mujer no mayor de 40 años me miraba con uno de los tantos pasapalos en manos, llevándose este mismo a la boca y degustando el pequeño bocadillo con gusto.

La manera de masticar tan lenta es la clara demostración de que le encanto, eso me lleno de orgullo.

—Si, seño