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Carlo:

Tres días después..

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Había pasado tres días desde que Mika está en el hospital, según decía la doctora aún no podía salir porque sus heridas estaban muy recientes, aunque Mika estaba loco por volver a Estados Unidos.

Emma se quedó dos días seguidos aquí cuidándolo hasta que no pudo aguantar más y le tocó irse al hotel con Axel para descansar, así que hoy me quedaría con el idiota que no me colabora con quedarse quieto.

—Mikael, basta de moverte, me estás generando ansiedad —lo miré mal.

—Quiero largarme de aquí Carlo —decía con fastidio— quiero mi enorme cama y la tranquilidad de mi departamento, pero esto es mi culpa, por querer venir aquí.

Ya sus palabras me las sabía de memoria, pasaba todo el puto día quejándose hasta no poder más. De los tres, el es el más infantil.

—Por cierto ¿Hablaste con tu padre sobre Emma?

Y la mismísima m****a, no había tenido la oportunidad de hablar con el, siempre le doy vueltas al asunto de Emma, definitivamente tengo que hablar con el.

—Aún no —negué— pero lo haré.

—¿Cuándo Carlo? ¿Cuándo te vea besándote con ella y piense que es una mala mujer? —me miró serio— tienes que hablar con Nicollo sobre tu relación con ella, no quiero que piense que Emma es una mala chica y quiera tratarla mal, ya no le des más vueltas a este asunto Carlo.

El tenía razón, tengo que hablar con mi padre sobre mi relación con Emma.

Mi padre es de esos que son conservadores, cree en el matrimonio y la familia, siempre me dice que me tengo que casar con una buena mujer y que sea digna de ser la madre de mis hijos, no quiero que piense mal de Emma, tengo que hacerlo lo más pronto posible, ya no puedo extender más esto.

—Cuando regresemos a Chicago, se lo diré —asintió.

—Eso espero.. Ahora pásame el control remoto, odio estos canales.

Rodé los ojos y se lo pasé, a veces este ser era demasiado insoportable.

A la habitación entró la doctora Anastasia, cómo siempre una sonrisa al ver a Mika, estos tres días se ha dedicado a molestar a Emma de forma indirecta, hablando de su pasado con Mika, ella es una buena doctora, pero una desagradable persona.

—Mika, tengo buenas noticias —sonrió— todos los exámenes están bien, mañana por la tarde podrás irte.

—¡Al fin! —exclamó al aire— gracias Doctora.

Ella estaba parada en el pie de la cama y empezó a frotar las piernas de Mika, el frunció el ceño y apartó las piernas.

—Anastasia, te agradezco por favor que ya pares de hacer eso —habló serio— te recuerdo que tengo novia y tus toqueteos hacía mi, ya no me están gustando.

Ella frunció el ceño con una sonrisa y se cruzó de brazos, a ella no le importaba hacerlo conmigo enfrente, era demasiado directa.

—Pero eso a ti te gustaba —sonrió de lado— te recuerdo que siempre me pedías que te frotara las piernas —rió.

Okey, saber eso me dió asco, no quiero saber la vida sexual de Mika antes de Emma.

—Exactamente, me gustaba, ahora ya no, te pido por favor que pares, yo tengo novia.

—¿Desde cuándo eres fiel? —rió.

—Desde que conocí a mi novia, te agradezco la atención en serio, gracias por salvar mi vida y todo lo demás.. Pero hasta ahí —se estaba empezando a molestar— ahora vete, que no soporto verte.

—Pobre chica, tarde o temprano vas a caer en tu promiscuidad —rió de nuevo—, te vas a acordar de mi Mikael.

Sin mas salió de la habitación entre risas, definitivamente Mika, encuentra puras mujeres locas, claro excepto Emma, ella es un amor.

—Que mujer tan pesada —reí— menos mal Emma no estaba aquí, si no, estaría quitándole el cabello.

—Muy chistoso —rodó los ojos— tengo hambre, tráeme comida.

—No.

—¿Por qué? —chilló— no estás viendo que ando convaleciente —se puso la mano en pecho— mi bonita no me trata así, mal amigo.

—Mika, las cosas se piden por favor —alcé una ceja— así que..  Te escucho.

—Bien, por favor —rodó los ojos— tráeme la comida.

A la habitación entró Axel, con unas bolsas en la mano.

—No es necesario, traje comida —sonrió—, es pollo a la plancha con verduras y tu jugo de Mora.

chilló cómo niña, yo rodé los ojos —¡Tu si eres un buen amigo! Te amo alemán.

Axel rió —Deja las tonterías MikaEL, aquí hay también para ti Carlo.

—Gracias hermanazo.. ¿Y Emma?

—Fue al baño, viene en un momento.

Axel se sentó a mi lado y empezó a tomarse su café mientras que Mika y yo comíamos, poco después Emma entró, vestía un suéter cuello alto color blanco con una chaqueta arriba y pantalones negros, que hermosa es mi novia.

Caminó hasta MikaEL y le dió un beso.

—Yo también existo —ella rió, llegó hasta mi y me dió un beso.

—No seas celoso mi amor —sonrió—, sabes que siempre te doy un beso.

Ella se sentó en las piernas de Axel y el la abrazó por la cintura mientras que recargó su barbilla en el hombro de ella. Hablamos un poco, le contamos sobre la salida de Mika mañana y se emocionó así que decidió quedarse está noche aquí.

Pasó la noche y Mika se durmió, Emma se acostó a su lado y ambos se abrazaron.

—¿Crees que Emma tenga preferencia?

La pregunta de Axel me sorprendió un poco.

Se que Emma nos quiere a los tres, pero no creo que ella tenga preferencia con alguno de nosotros, al menos yo no me he sentido así.

—¿Por qué lo preguntas?

—No lo sé —suspiró—, es algo que se me vino a la mente simplemente, solo que... La veo tan atenta con MikaEL, que.. siento envidia.

—Axel, lo que dices es tonto —reí—. Emma estaría así por cualquiera de los tres, ella nos quiere por igual, no pienses en eso.. Lo que hace es generar inseguridad en ti.

El solo asintió, Vimos cómo Emma se levantó de la camilla y acomodó un poco a Mikael, se acercó a Axel y lo besó intensamente.

—No pienses que tengo preferencia con Mikael, porque no es así —acarició su mejilla— los adoro a los tres, si tú o Carlo estuviesen en el lugar de Mikael, estaría de la misma forma.. Por favor mi amor, no pienses eso ¿Si? Que me hace sentir mal.

—Lo siento mi bonita, no quería hacerte sentir así —ella lo besó.

—Está bien —sonrió—, siempre tengan presente que los adoro a los tres por igual, aunque cada uno me de su amor de forma distinta, ustedes son mi felicidad.

—Te amo Emma —dejé salir de mis labios, ella me miró sorprendida y jadeó.

—¿Hablas en serio Carlo? ¿Me amas?

Axel sonrió con dulzura para Emma, sus mejillas se tornaron carmesí y sus ojos no se despegaban de los míos.

¿La amaba? Por supuesto que sí, cada día me daba cuenta de que Emma era la indicada para mi, ella es perfecta, la amo sin duda alguna.

—Hablo muy en serio, te amo Rosita.

Ella sonrió y me dió un beso, sus manos se posaron en mis mejillas y besó mi nariz.

Iba a hablar pero la puerta de la habitación se abrió de golpe haciéndonos asustar, varios hombres entraron a la habitación vestidos de negro y armados, uno de ellos le apuntó a Mika quien se despertó por el alboroto.

—Hola, hermano.

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