Mika:
A la mañana siguiente..~~~~~~~~~~~~Ya había llegado a Rusia después de unas horas bastantes intensas de vuelo, mi hermano Anton pasaría por mi al aeropuerto, para ser sincero no quería venir de nuevo, no querría ver a mi padre y mucho menos a mi hermano.
Y hablando de el idiota, está frente a mi.
—Mikael —extendió su mano.
—Anton —la estreché—, vamos.
Me adelanté para salir del aeropuerto, mi relación con Anton es una m****a, jamás nos llevamos bien y menos cuando mi padre me dió la empresa y a él lo colocó en vicepresidencia, jamás toleró que yo fuera su hijo legítimo, por eso hizo aquel fraude para inculparme y lo peor, es que el viejo no hizo nada, simplemente dejó eso así.
Por lo general suelo ser un tipo divertido, con los demás, pero cuando se trata de estos dos me vuelvo alguien frío y despiadado, ellos no merecen mi cariño, solo mi madre y Emma.
Manejó hasta la enorme casa de mi padre, seguía igual cuando me largue de aquí, guardias por todos lados y camiones saliendo de la misma.
Bajé del auto y tomé mi maleta, nos dirigimos hacia adentro, dejé mi abrigo en el perchero junto con la maleta, saqué mi teléfono y le envié un mensaje a Emma, seguramente a esta hora debe estar dormida.
Mi bonita, llegué con bien, más tarde te llamo, un beso.
Metí mi teléfono en mi bolsillo y Anton me indicó que fuéramos al estudio y si lo hicimos el se sirvió un whisky, el me ofreció, pero me negué a recibirlo.
—¿En serio Mikael? —negó mientras reía— Vaya que estados unidos te ha cambiado.
Decidí no responderle, siempre hace tipos de comentarios estúpidos y sin sentido.
—Papá vendrá en un momento —se sentó en la silla a beber su whisky.
Yo frunci el ceño.
—No está enfermo ¿Cierto? —me levanté de la silla—, me hicieron venir a perder el maldito tiempo —dije entre dientes.
—Calma Mikael —sacó un arma—, vas a quedarte por tu bien.
En estos momentos me sentía como idiota, vine a este lugar con la esperanza de ver morir al maldito viejo, ahora me salen con éstas mierdas.
—Baja el arma Anton —el viejo apareció.
Estaba más duro que nunca, bien erguido y con sus aires de superioridad, cómo siempre el típico traje gris y la bufanda, no ha cambiado una m****a.
—¿Por que me hiciste venir hasta acá? Creí que estabas enfermo.
—Pues fue la única forma de que aparecieras Mikael, tenemos que arreglar los asuntos de la familia —se paró frente a mi—, eres mi primogénito, tienes que seguir con el negocio familiar.
—¡No lo haré! —le grité en la cara— no voy a joderme la vida siguiendo los pasos de la mafia, esto no es para mi.
—Eres un cobarde Mikael, no eres digno de ser un Voslov —Anton se rió.
—¿Y tú si? —alcé la mandíbula.
—Basta los dos —habló el viejo de forma tranquila—, escucha Mikael, tienes que hacerlo, sabes muy bien que es tradición familiar.
—¿Y quién dice que deseo continuar con esto? —me alejé de el— sabes muy bien que jamás desee esto en mi vida y te lo dije —lo señalé— yo quiero vivir una vida tranquila, poder salir a la calle y disfrutar de mi libertad, no estar rodeado de sangre y muerte, eso no es para mi, yo deseo con mi alma formar una familia, casarme y tener hijos sin tener que ponerlos en riesgo por algún enemigo.
El viejo se acercó a mi y me dió una fuerte bofetada.
—¡Eres una vergüenza Mikael! —me gritó— eres débil y un maldito marica, no tienes los suficientes huevos para seguir con el negocio familiar.
—¿No tengo huevos? —pregunté— ¿Tu los tuviste cuando ese bastardo asesino a Mikaela? ¿Defendiste a tu hija de ese mal nacido? —negué—, no lo hiciste Mikael.
Odiaba a veces llevar su maldito nombre.
—Casaste a Mikaela siendo menor de edad con un tipo que era un hijo de puta con ella, la golpeaba y jamás hiciste nada —lo señalé— ¿Quien es el que no tiene los huevos?
—¡Ella era una Voslov! —alzó la voz— ¡Tenía que soportarlo!
Reí sarcástico —¿Te estás oyendo Mikael? Tenía que soportarlo —negué—, así como mi madre soportó tus maltratos.. ¿Esperas que yo sea como tú? —negué de nuevo— no tengo la sangre tan fría como para hacerle daño a una mujer, te lo dejé en claro cuando me largue de aquí, no voy a seguir con el negocio familiar, si quieres dáselo a Anton que el si lo desea más que nada, yo no pienso hacerlo y no me vas a obligar.
—Olvida lo del negocio familiar —habló el viejo—, lo dejaré en manos de Anton ya que el señor no desea hacerlo —hizo una pausa— pero vas a casarte con la hija de Stalov.
En serio que esté viejo quería seguir con lo mismo, no voy a casarme con nadie.
—Te dije que no lo haré —negué—, esa mujer es de la edad de mi madre —negué de nuevo—, no lo haré.
—Pero eso no te importó antes cuando te la follabas —Anton rió.
—Eso no fue mi culpa —hablé molesto—, les recuerdo que las veces que pasó, ustedes me drogaron para que me acostara con ella, solo para que quedara embarazada y poder atarme a ella, ustedes son patéticos.
Caminé hasta la puerta y tomé el pomo para salir, pero las palabras del viejo me detuvieron abruptamente.
—Si no lo haces, voy a hacer que eliminen a esa muchacha de tu vida —habló serio.
Me voltee y me sonrió con arrogancia, el maldito me había investigado, ahora me tiene atado de manos, no quiero que lastime a Emma, se que es capaz de hacerlo, es un maldito.
Sacó una foto de su traje y se la enseñó a Anton.
—Joder —rió—, pero que hermosa y que cuerpo tan bonito, no le hagas daño papá, podría quedarmela y hacerla mía.
Caminé hasta el y lo tomé de la camisa.
—Callate maldito bastardo —su rostro se desfiguró por la ira—, a ella la respetas, tu no me has conocido molesto y creeme que no te va a gustar porque puedo ser más hijo de puta que tú.
Lo solté bruscamente y el cayó al suelo, caminé hasta el viejo y lo señalé.
—Te lo advierto Voslov, a ella ni la mires —apreté la mandíbula—, recuerda que tú me entrenaste por años y se mucho sobre armas al igual que tus movimientos, no me toques los huevos porque me va a importar una m****a atravesarte una bala en la cabeza, a mi mujer no le tocas ni un solo cabello, porque me encargaré de que sufras si lo haces.
—No me amenaces Mikael —sonrió de lado.
—Me importa una m****a —me acerqué más a el—, porque estoy por defender a la mujer que amo de ti y de quién sea.
—Te enamoraste —rió—, esa es una muy mala debilidad Mikael, ella te hizo un marica, o.. debe ser que folla bien, dime hijo ¿Tiene el coño apretado? —rió.
Eso fue más que suficiente para hacer estallar mi ira, mi puño se estampó en su nariz haciéndolo caer, me subí encima de el y empecé a golpearlo una y otra vez, lo hice hasta hacerlo sangrar pero uno de los guardias me apartó de él.
—¡No podrás ocultarla de mi, hijo! —rió— ¡Voy a buscarla y hacerla mía!
—¡Maldito enfermo! —forcejee— ¡Sueltenme joder! ¡Voy a matarte maldito hijo de puta!
—Llamen a Stalov, que traigan a la mujer para que firme el papel de matrimonio.
Forcejee más hasta que sentí un arma detrás de mi cabeza, el viejo se acercó a mi sonriendo mientras tenía sangre en su maldita cara.
—Hoy te vas a casar con ella —sonrió—, la follaras delante de mi, lo harás hasta que ella me de un heredero.
—Maldito asqueroso, juro por Dios que voy a matarte con mis propias manos —mi respiración estaba acelerada.
—No si la mato a ella primero —seguía riendo—, no si antes compartirla con tu hermano.
—Le tocas un cabello a mi mujer y creeme que te va a pesar toda la vida.
—Ya lo veremos, hijo mío.
Miré de reojo al guardia que me apuntaba en la cabeza y fue más que suficiente para darle con el codo y el dispara, le quité el arma y disparé seis veces en el cuerpo del viejo, este cayó muerto ante mis ojos, le dispare al guardia mientras que Anton se escondía como un maldito cobarde, corrí por la casa buscando mi maleta y de inmediato se escucharon disparos que venían detrás de mi, le disparé a un guardia en la puerta y le quité el arma, tomé mi maleta junto con las llaves del auto de Anton y salí de la casa, todos los guardias corrían detrás de mi mientras que yo trataba de esquivar los disparos, me subí al auto y ellos seguían disparando, era una suerte que esté fuera antibalas.
Encendí el auto y maneje hasta la cerca donde ellos seguían disparando, atravesé la cerca y escuché los autos detrás de mi, maniobré el maldito auto hasta perderlos, mi respiración era un desastre, aún tenía el arma en el asiento del copiloto, luego sentí una punzada en mi estómago, me toque y alce la mano encontrándome con esta llena de sangre.
—Joder —Murmuré—, tengo que ir a un hospital.
Maneje como pude hasta llegar al hospital, salí como pude del auto pero me desplomé en el suelo, escuché a lo lejos una sirena y sentí como me acostaron en una camilla.
—¿Mikael? —era la voz de una mujer— ¡Por Dios Mikael! ¡rápido a quirófano, tiene una herida de bala en el estómago! —la escuché gritar—, resiste Mikael.
Pensé en Emma y en lo imbécil que fui en venir aquí, tenía que escucharla, tenía que hacerle caso, soy un idiota por no decirle que la amo antes de venirme a este sitio, ahora no sé si saldré.
Te amo Emma, te amo mi bonita..