Emma:
Después de salir del restaurante, fuimos a su departamento, dentro del auto la tensión era enorme, quería montarme encima de el y hacerlo mío en ese momento.
No venía a su departamento desde el día de la cita, me encantaba el diseño de este, era como Mikael; elegante, ordenado y de colores tierra con oscuros, de todo su departamento me encantaba el balcón, este era enorme y se podía ver toda la ciudad.
Dejó la comida sobre la isla de la cocina y me llevó hasta la habitación, ésta era enorme, había una cama con sábanas de seda color gris, en realidad la habitación era gris con negro, muy Mikael.
—Bien mi bonita, puedes cambiarte para que cenemos —sonrió—, dormirás aquí mientras yo no esté, aunque lo más probable es que aquellos dos se peleen por quien va a dormir contigo —rió.
—Mikael.. ¿Y si no vas? —camine hasta el y lo abracé por la cintura, alcé mi rostro para mirarlo.
—Tengo que mi amor —besó mi nariz—, prometo regresar en dos días.
—Prometemelo —sentí un nudo en mi estómago