Mika:
Al día siguiente~~~~~~~~~~~~~~~~~~Hoy tendría todo listo para empezar con los exámenes de fin de semestre, todos estaban ansiosos y pude notarlo, lo hice con Emma cuando la ví morderse las uñas y mover los pies de forma ansiosa.
—Bien jóvenes, aquí está su examen —entregué las hojas—, vale un cincuenta por ciento de su nota, esto debería ser pan comido para ustedes —miré mi reloj—, tienen una hora.
Y así empezaron a hacer su examen, yo regresé a mi escritorio para adelantar el examen de la clase siguiente, ya por suerte terminaba este semestre y tendría un poco de descanso.
Carlo me dijo anoche que Tamara, la ex de Axel había regresado, se lo dije, sabía que ella regresaría para querer volver con Axel, solo espero que mi amigo se mantenga firme en su decisión y no cometa un error que pueda dañar a Emma.
No quisiera que el la lastimara, no quiero ver a mi chica estar por su culpa.
Hoy estaba decidido en decirle al decano sobre mi relación con Emma, no quería que se enterara por otras bocas y tampoco quiero que piense que quiero aprovecharme de ella por ser una estudiante, tampoco pretendo ocultar mi relación con ella, quiero presumirla ante todos y que sepan que ella es mi novia.
No voy a arrepentirme de mi decisión..
La hora había pasado rápidamente y todos me fueron entregando sus exámenes, Emma fue una de las últimas en hacerlo, solo espero que haya acercado a sus respuestas.
Corregí algunos exámenes que estaban muy bien hechos y otros no tanto, Jessie sacó una buena calificación un nueve para ser exactos y Emma, sacó un nueve de igual forma, sus respuestas fueron acertadas aunque falló en dos, tenía que ser imparcial en este ámbito, no quiero que piensen que por ser mi novia de vería beneficiada en sus calificaciones.
—Bien muchachos —me pare en el centro—, estuvieron bien, aunque debieron estudiar más.
Todos murmuraron.
—Bien —pase por cada puesto entregando su exámen—, les recomiendo que estudien para el próximo semestre. Lo hicieron bien, felicidades.
Regresé a mi escritorio y seguí trabajando, todos salieron del salón y no me percaté de la presencia de Emma hasta que estuvo frente a mi.
—Saqué un nueve —se cruzó de brazos— ¿Por que saque un nueve?
—Debiste estudiar más mi amor —le guiñe un ojo.
—Creí que me darías el diez.
—No puedo hacer eso, sería hacer trampa —me quite los lentes—, tienes que estudiar más.
Recargó sus manos en el escritorio y me sonrió.
—¿Que tengo que hacer para que me dé el diez profesor? —habló coqueta.
Me acerqué a su rostro —Estudiar más señorita Allen —volví a repetir.
—Eres cruel —se alejó de mi—, pudiste hacer una excepción.
—No sería justo con los demás Emma —me crucé de brazos.
—Bien —rodó los ojos—, iré a almorzar, profesor Voslov.
—Vaya con cuidado señorita Allen, le pediría un beso, pero se que no me lo dará —reí.
—Que comes que adivinas guapo —me guiñó un ojo y salió.
Negué riendo, luego empecé a recoger mis cosas para ir a hablar con el decano, tenía que hacer esto hoy mismo, no me gusta andar por el pasillo y ver a Emma y no poder acercarme a darle un beso.
No soy de piedra..
Saludé a los colegas y a algunos alumnos que pasaban por el pasillo, me dirigí a la oficina del decano y ahí estaba su secretaria afuera, ver a esa mujer me era muy molesto, porque seguía con sus coqueteos, no he querido ser grosero con ella pero siento que me colmará la paciencia.
—Buenos días —salude cordialmente—, vengo a hablar con el decano sobre algo importante ¿Le diría que estoy aquí? Por favor.
—Por supuesto profesor Voslov —sonrió y movió los pechos, desvié la mirada sumamente incómodo por la situación, si no estuviese con Emma, me la hubiese tirado para que me dejara en paz, pero ahora estoy con mi chica y quiero respetarla.
Entró a la oficina y después salió dándome el pase hacia la oficina del rector.
He escuchado muchos chismes de pasillo por parte de las estudiantes que el decano tiene fama de ser un acosador y que hostiga a algunas estudiantes, también se rumorea que espía a algunas chicas en los baños. Pero solo son especulaciones, hasta ahora ninguna chica ha dicho algo. Solo espero que no se acerque a Emma.
—Profesor Voslov —se levantó—, bienvenido ¿Que lo trae por aquí? Siéntese por favor.
Y así lo hice, el imitó mi acción.
—Vine hasta aquí para hablar con usted de un asunto importante.
—Lo escucho —hizo un ademán para que continuara.
—Quería avisarle con anterioridad, antes que los rumores llegue a usted de forma mal intencionada —me acomodé los lentes—, le diré esto para sepa y no hayan malos entendidos —hice una pausa—, se sabe muy bien que no está bien visto que un profesor tenga una relación con su alumna, pero.. En mi caso, quería decirle que estoy saliendo con una alumna de esta universidad.
El frunció el ceño molesto y algo intrigado.
—Bueno profesor Voslov, verá que eso puede influir tanto de buena como mala manera, porque algunos estudiantes y profesores podrían pensar que tendrá trato preferencial con su pareja. —se puso la mano en la barbilla.
—Lo se perfectamente y por eso estoy aquí, para darle mi palabra de que el trato hacia dicha alumna no sera preferencial, seré totalmente imparcial, dentro de la universidad la trataré como una alumna más.
—Pero es su pareja —dijo tajante—, nadie me asegura de que usted no cumplirá su palabra.
—Pues siéndole honesto señor Miles, eso me tiene sin cuidado, yo soy un hombre de palabra —dije firme—, y si le digo algo es porque lo voy a cumplir.
—Bien, confiaré en su palabra —suspiró—, pero no quiero muestras de afecto dentro de esta institución —habló molesto— y tampoco me quiero enterar que está a solas con la chica, espero que cumpla.
—La palabra de un Voslov se cumple —alcé la mandíbula—, siempre.
—Y se puede saber ¿Quien es la alumna?
—¿Por qué quiere saberlo?
—Para estar conciente de quien se trata, recuerde que es una alumna y si los padres de ella se enteran, podría la universidad meterse en problemas.
—Se llama Emma Allen, está en la facultad de Arquitectura.
Al escuchar el nombre de Emma se descolocó un poco y se molestó.
—No debería estar con esa chica —se cruzó de brazos.
—¿Por qué? —fruncí el ceño.
—Porque es una chica un tanto... ¿Alborotada? Si es que se puede encontrar la palabra correcta —rió de lado—, esa chica se metió en el matrimonio de mi hija, sedujo a mi yerno e inventó falsos sobre el, la iba a expulsar pero... Por razones de peso no se pudo.
Ahora entiendo para que la llamaron aquel día.
—Con todo respeto decano —hablé molesto—, le pido que se refiera a mi novia con más respeto, con respecto a su hija y la basura de su yerno —sonreí—. Emma no miente, ella era la amante de su yerno y ella ni siquiera lo sabía, se enteró de la peor manera que está casado y con un hijo —hice una pausa—, yo fui testigo de como ella lo puso en su lugar en aquella pastelería, también ví y, escuché como el le rogaba a Emma que lo perdonara y que el iba a pedirle el divorcio a su esposa.
El se molestó ante mis palabras, no pensaba deja que el ni nadie dijera cosas sobre Emma.
—Le pido que por favor trate a mi novia con respeto, que jamás lo escuche yo hablar así de ella, porque me puede conocer, así que sea más respetuoso —me levanté—, gracias por recibirme, solo quería darle ese aviso.
Salí de la oficina del rector y me dirigí hacia la cafetería, busqué con la mirada a Emma, estaba hablando con Jessie, me acerqué a ella y volteó a verme.
—¿Pasó algo profesor?
Extendí mi mano y ella dudosa la tomó, se levantó y quedó frente a mi le sonreí y rodee su cintura con mi brazo para pegarla más a mi. Debía hacer esto.
—Mikael —dijo nerviosa— ¿Que haces?
—Voy a besar a mi novia.
Pegué mis labios con los suyos en un beso, lento, lleno de ganas y suavidad, me separé un poco de ella y aún seguía con los ojos cerrados.
—¿Que has hecho? —susurró.
—Dejarle en claro a todo el mundo que eres mi novia —susurré también.
—Todos nos ven Mikael —me sonrió.
—Si, que todos vean que eres mi novia —bese su nariz—, no te lo había dicho, pero hoy estás hermosa mi hermosa Emma —sonreí.
—Gracias guapo —sonrió aún más—, deberías soltarme.
—No quiero pero tengo que —la solté—, espérame a la salida, voy a llevarte a que veamos a Carlo.
—Está bien, ve a dar clases profesor Voslov —tomó mi mano.
—Vale —besé la suya.
Observé toda la cafetería y todos nos miraban con asombro, todo estaba en silencio, quise reír pero tenía que mantenerme firme.
—¡Sigan en lo suyo! —alcé un poco la voz.
Salí de la cafetería rumbo a mi siguiente clase, estaba contento y satisfecho con lo que había hecho y no me arrepiento de nada, no quiero ocultar a Emma de nadie, ya después me las arreglare para que nadie moleste, no pienso ocultarla de nadie, ella no merece eso.
Joder que bien me siento.