Emily:
Después de tan bonito sitio donde estábamos, Emma y yo regresamos al departamento, la traía dormida en mis brazos, con cuidado la acosté en la cama, le quité los zapatos y su chaqueta.
Después de las diálisis quedaba muy exhausta, al menos si podía dormir un poco.
Salí a la sala y me senté sobre mi pequeño sofá y llamé a las chicas.
—Justo iba a llamarte Em ¿Que tal salió todo?
Era Sasha.
—Saben que eso no es sencillo —solté un suspiro—, pero al menos el doctor me dijo que la diálisis estaba dando buenos resultados y que descansaría por dos semanas.
—Em, eso es genial —dijo Julie— ya la princesa podrá descansar de tanta cosa, supongo que está dormida.
—Si, sabes que después de eso queda cansada, probablemente despierte en un rato para cenar.
Hable un poco más con mis amigas y me dispuse a hacer la cena, cómo dije sabía que se iba a levantar y así lo hizo, le prepare su pollo a la plancha sin sal papas horneadas. Odia con el alma comer la comida sin sal pero debe hacerlo, es por el bien de su salud.
Después de cenar le coloque su pijama y yo la mía, ambas estábamos en la cama viendo una de sus princesas favoritas Merida.
—Mami ¿Yo tengo papá?
Lo que me preguntó me ha dejado completamente atónita, Emma jamás me había preguntado por su padre, temía que lo hiciera, aunque siempre Sasha me lo había advertido, que en algún momento ella preguntaría.
—¿A qué debe esa pregunta mi amor?
—Es que.. las veces que íbamos al parque veía niños corriendo y jugando con sus papás y yo...yo no tengo uno, nunca lo he visto y tampoco en fotos —bajó su cabeza.
No sabía que responderle.
—Mi amor, hablar sobre tu... Tu papá es algo difícil para mí.
—Pero ¿Por qué? —me miró triste— yo ahora siento curiosidad por saber quién es mi papá, porque no está con nosotras.. mami ¿No me quiso verdad? —sus ojos se llenaron de lágrimas— por eso es que no está, seguramente porque estoy enferma no me quiso.
—Ay mi amor —la abracé—, no digas eso, seguramente tú padre en algún sitio donde esté debe quererte así como yo, pero jamás digas que es porque estás enferma porque no es así.
Me separé de ella y le limpié las lágrimas.
Ahora tiene curiosidad por saber quién es su padre, no sé que hacer o que decirle, no sé si buscarlos sea lo correcto.
Ella se acostó dándome la espalda, tomó la almohada y la abrazó, se que está muy triste y saberlo me dolía mucho, mi niña no merece esto y yo estoy siendo completamente egoísta.
Tengo que tomar una decisión..
(...)
Hoy estaba decidida a buscarlos, tenía que hacerlo, no por mi si no por mi hija, ella quería saber quién era su padre y yo no podía negarle ese derecho.
Dejé a Emma en casa de Julie y fui hasta la constructora, de mi departamento quedaba un poco lejos, pero decir ir.
Al llegar saludé a algunas personas que seguían trabajando aquí, algunos me miraron sorprendidos más no dijeron nada, subí hasta la oficina de Julian y me recibió su secretaria, una señora algo mayor, al verme me dió una sonrisa amable.
—Buenos días señorita ¿En qué la puedo ayudar?
—Estoy buscando al señor Allen, Julian Allen.
—¿Tiene cita?
—No, pero quiero pedirle un presupuesto para construir una casa —sonreí nerviosa.
—Bien, la anunciaré ¿Me da su nombre?
—July Carson —sonreí.
Ella asintió y llamó a Julián, le dió mi falso nombre y el motivo de la visita, ella me dió el pase y caminé hasta la puerta de su oficina.
Tomé aire y tomé el pomo de la puerta, lo giré y por un momento contuve la respiración, decidí pasar, la oficina seguía tal cual como cuando me había ido, el estaba mirando unos papeles y subió la mirada encontrándose con la mía, sus ojos se abrieron sorprendido y rápidamente se levantó de su escritorio llegando hasta mi, pensé que me iba a abrazar pero se detuvo justamente frente a mi.
—Emily —susurró sorprendido—, eres tu..
—Hola Julian.
El tenía un traje negro que encajaba perfectamente con su ahora más musculoso cuerpo, su cabello estaba corto y se reflejaban algunas canas, tenía puestos los lentes de lectura que le regalé hace tiempo y su barba... Tenía una barba preciosa, había cambiado un poco.
—No puedo creer que estés aquí —su voz salió quebrada—, estás aquí.
Tomó su teléfono y le marcó a Jamie, paso sólo un minuto cuando la puerta se abrió dejándome ver a Jamie, mi Jamie, al verme se tambaleó un poco, el usaba un traje azul sin corbata, tenía el cabello largo y se veía muy musculoso y más alto, también tenía barba.
El si corrió literalmente hasta mi y me dió un abrazo, me apretó más fuerte contra el y escuché sus sollozos.
—Estás aquí —sollozó— estás aquí Emily.. ¡Dios!
Reaccioné y me separé de él.
—Vine hasta aquí para hablar de un asunto serio...
—Tengo que saber ¿Dónde estabas? Te hemos buscado por todos lados y jamás supimos de ti —Jamie se limpió las lágrimas— ¡Mírate! Has cambiado mucho.
—Emily —Julian se colocó frente a mi— no sabes cuánto te hemos buscado.... Necesitábamos pedirte perdón por todo lo que.. —lo interrumpí.
—No vine aquí para hablar de nosotros —dije sería— vine por un asunto más importante.
—¿Más importante? —Jamie frunció el ceño— si te hemos buscado Emily, esto es importante... Necesitamos pedirte perdón y que nos escuches.
—¿Escucharlos? —los miré incrédula— ¿Porque tendría que escucharlos? No —negué— vine aquí para hablar de algo importante, si no quieren saber entonces me voy.
—No, no te vayas —Dijo Julian desesperado— esta vez si vamos a oírte, por favor..
Sus ojos reflejaban tristeza y algunas lágrimas estaban por salir, yo tenía un nudo en la garganta y en el estómago, porque me dolía verlos así, pero mi orgullo valía más.
Los tres tomamos asiento en los sofás de su oficina, ellos no paraban de mirarme con tristeza, me estaba sintiendo incómoda.
—¿Cómo has estado? ¿Tu bebé? Bueno... Nuestro bebé —dijo Jamie dolido— ¿Está bien?
—Mi hija.. —dije seria— se llama Emma, tiene cuatro años, ya pronto cinco.
Saqué una foto de mi bolso y se las enseñé, Julian la tomó con sus manos temblorosas y ahí fue donde sus lágrimas salían..
—Es hermosa —su voz se quebró— tiene los ojos de Jamie y... Es hermosa, Emma —susurró.
—Es preciosa nuestra hija —dijo Jamie triste—, has hecho un gran trabajo cuidando de ella todos estos años.
El nudo en mi garganta estaba latente.
—Vine hasta aquí porque... Emma quiere conocerlos —dije seria— me había preguntado si ella tenía papá, así que para evitarle un sufrimiento a mi hija, vine hasta aquí, tragándome un poco mi orgullo, para darle un poco de felicidad a mi hija.
—Yo quiero conocerla —Jamie hablaba en un tono feliz—, tenerla conmigo y empezar de nuevo como una familia y.. —lo interrumpí.
—Detente —sonreí— ¿Quien habló de familia? —negué— de que yo esté aquí buscándolos de nuevo no significa que volveremos y fingiremos que nada pasó, están equivocados, ustedes me hirieron, rechazaron a mi hija, fueron crueles....¿Crees que yo querría volver después de eso? Claro que no... Lo hago es por mi hija, porque ella merece un poco de felicidad a pesar de lo que está pasando.
Sus rostros reflejaban tristeza, me dolía hablarles así pero debía dejarles en claro que no volvería con ellos, solo lo hago por mi hija.
—Mañana la van a conocer, van a ir a mi dirección.. —se las di—, mañana le diremos a Emma que ustedes son sus padres.
Me levanté del sofá y estaba a punto de salir, pero hablé.
—Espero que sean buenos con ella, porque si la rechazan de nuevo, me iré del país con mi hija y está vez no sabrán nada de mi..
Y sin mas salí de la oficina, ellos no fueron detrás de mi,.cosa que agradecí infinitamente. Mañana mi hija conocería a sus padres. Solo espero haber hecho lo correcto, todo sea por ella.
Todo por su felicidad...