Livy Clark
Apenas tenía fuerzas para bajar las escaleras de aquel escenario. La última arma presentada y ya había tantos compradores. Aún no conseguía entender el tamaño del destrozo que Daren había hecho en la empresa, pero esto, con seguridad, arreglaría los problemas mayores.
Un hombre me ayudó, sujetándome de una de mis manos. Siempre recibía un cariño extraño al que nunca me acostumbraría, pero ni siquiera estaba mirando aquello. Mi cuerpo estaba presente, pero mi alma se había ido a cualquier lugar donde estuviera Hardin. Me sentía destrozada por dentro y, a cada paso que daba, un pedazo de mí se desprendía un poco más. Era doloroso.
Aún conseguía ver sus ojos justos frente a mí. La forma en que parecía no saber... Mi mente acumuló aquella mirada de desesperación suya y me llené de paranoia. ¿Y si tal vez él no lo sabía? No... Hardin siempre guardó un secreto. Confesó que mintió. ¿Cómo podría no ser eso? ¿Qué más no me había dicho?
Saludé a la gente y entonces me aparté. La prim