¿Eric Sanders? Lo que para ellos debía ser su caída, Amanda López ahora se presentaba con un enorme anillo y una noticia que los dejaba sin aliento.
Poco les duró la alegría, porque la sonrisa enorme de Amanda eclipsaba cualquier plan que ellos tuviesen.
Carmen no dejaba de mirarla, maldiciéndola internamente, mientras se preguntaba cómo demonios era que Amanda había logrado eso, si debía ser su desgracia, su perdición.
Pero aún estaba el consuelo de que no había vuelta atrás con la empresa, era irrevocable el hecho de que ella no había cumplido con el acuerdo… y ahora Abel se quedaba con la empresa, que antes se suponía que estaba en la quiebra.
Amanda mantuvo la espalda erguida y la mirada al frente.
—Quiero hablar con Amanda a solas —dijo Abel, rompiendo el silencio tras el impacto de sus palabras.
Carmen lo miró como si hubiera perdido la razón.
—¿Qué dices? No vas a quedarte solo con esa descarada, Abel. Esa mujer es veneno, una vergüenza. Llega como si fuese la gran cosa, pero e