-¿Jazmín?-Elio escuchó una débil respiración del otro lado- ¿Jazmín eres tú? ¿Estás bien?
-E-Elio…-
El mundo se congeló a su alrededor. La voz de la joven se escuchó apenas audible, lastimosa y quebrada, provocándole dolor.- Aquí estoy, dime que sucede. Dile a Elio que sucede.
Sintió que se le rompía el corazón en mil pedazos cuando escuchó a Jazmín sollozar del otro lado de la línea.
¿Qué estaba pasando? ¿Qué le habían hecho? Sintió miedo, sintió su mano que sostenía el teléfono temblar de la furia.
De repente, un grito agónico de dolor alertó a Elio. -¿Jazmín qué pasa?- Gruñó al escuchar el grito agudo de ayuda- Voy para allá…- Sentenció caminando por el departamento bajo la atenta mirada de sus amigos.
-E-Estoy…
-¿Dónde estás? Ya estoy yendo…- Dijo tomando el bolso maternal con su mano libre.
-E-Estoy en el depósito del fondo de la casa…- sollozó.
El aire del pequeño departamento se tornó pesado en un instante, y sus amigos supieron que algo no estaba bien.
-Elio…- dijo Adriel, adv