SHAWN ROBERTS
La vigilancia en el hospital disminuyó, era obvio, gran parte de los policías estaban ahí solo por petición del juez. Después de su declaración las cosas se pondrían peor. Yo había abierto la cloaca, pero sabía que alguien más comenzaría a sacar cada caso sucio. En cuestión de días el juez habría perdido toda su veracidad y se convertiría en un paria. Ni siquiera su muerte lo salvaría del odio público.
—Soy… Miranda Dobois, solo quiero ver a mi hija, por favor, he estado llamando todo este tiempo para poder visitarla… —suplicaba en la recepción una mujer con mirada desesperada acompañada de un hombre de su misma edad.
Me acerqué lo suficiente para notar el enorme parecido que tenía con Rachel, y lo supe, era su madre, la misma mujer que el juez Monroy había mencionado en sus disculpas. Ahora tendría la libertad de recuperar a su hija.
Aprovechando la invisibilidad que me daba el disfraz de médico, decidí tomar la delantera y acercarme a Rachel antes de que su madre me