CAMILLE ASHFORD
Su aliento se apoderó de mi boca, sus labios se movían con desesperación sobre los míos y sus manos se aferraban a mi cuerpo como ganchos. Quería resistirme y gritar, sabía que eso era lo que tenía que hacer, pero… no lo hice. Quise luchar, sabía que era lo correcto, pero… me derretí entre sus brazos mientras las palabras de Damián resonaban en mi cabeza: Si cedes, no te lo quitarás de encima.
Tal vez eso era lo que quería, sabía que Lucien era un cazador y quería que me persiguiera por el resto de mis días, aunque eso fuera una sentencia de muerte.
Cuando el aire se acabó en mis pulmones, por fin tuvo piedad de mí y liberó mi boca sin despegar su frente de la mía. Mis ojos lloraban, porque estaba decepcionada de mí misma, porque… siempre me sentí orgullosa de ser una mujer fuerte y determinada, y ahí estaba condenándome por un sentimiento al que no podía dominar, por el contrario, me dominaba a mí.
Un suave sollozo salió de mis labios y por fin Lucien abrió sus ojos