Pasado
El joven de apariencia atractiva y ojos de color esmeralda caminaba en medio de las oscuras y desoladas calles, pero las penumbras a él no le era impedimento para llegar a su destino.
Su mirada verde brillaba en la oscuridad y le daba una imagen clara de todo su alrededor, por lo que él podía ver hasta lo más mínimo sin ningún esfuerzo.
Unos quejidos de dolor se escucharon a distancia, pero él no fue capaz de ignorarlos; así que se detuvo en la entrada de un callejón, donde vio a una mujer con apariencia demacrada tirada en el suelo y en posición fetal.
—Oye, ¿estás bien? —inquirió preocupado y se apresuró a socorrer a la desaliñada pelirroja, que temblaba del frío y lloraba desconsolada.
Ella trató de huir de él cuando este se le acercó, como si su salvador representara peligro. Su comportamiento defensivo y asustado lo llevó a pensar qué tanto daño le habían hecho, para que ella estuviera así de desconfiada.
—No te haré nada malo, solo quiero ayudarte —le dijo con voz amable.