—Yo estaba siguiendo a tu hermana Yesenia tal y como lo mencione antes...
...
Antonio se sumergió en sus pensamientos. Recordó cuando estaba en la comunidad en la que vivían las hermanas Lizbrook, con el objetivo de ir a ver a Ariadne. La estaba llamando a su número de teléfono y no contestaba.
Finalmente observó en la camino a Yesenia Lizbrook que al parecer estaba hablando sola y se quejaba. No sabía las razones y sin embargo, tomo la iniciativa de seguirla ya que quizás podría llevarla hasta Ariadne.
Un par de minutos después que para él fueron eternos, llegaron hasta una distinguida y elegante mansión. Ella se desapareció por el jardín, entrando por una puerta inmensa y por su parte, Antonio se quedó parado y trago saliva antes de entrar.
—Es que no puedes permitir que Ignacio te siga haciendo eso.
Eso fue lo primero que escucho Antonio al momento de entrar a la sala. Esa voz iba a ser el motivo para salir de ese lugar y se detuvo ya que provenía del segundo piso.
—¿Q