—Me fueras comentado que estabas sola acá y fuéramos cancelado la reunión.
—Ya deja de quejarte y siéntate.— Le ordenó Ariadne con normalidad.
Yesenia se sentó en una de las sillas de esa sala. La casa era pequeña y a pesar de su espacio mínimo había que reconocer que estaba con una perfecta decoración y diseño.
—¿Cuándo es que ella piensa aparecer? ¿O es que ahora está jugando a las escondidas?
—Quizás aparezca cuando hagas a un lado la amargura.
—Estaba en cosas importantes.— Habló Yesenia con mal humor.
—¿Y es qué esas cosas son más importantes que lo que tenemos organizado desde hace años?
Raquel apareció en la sala con una postura autoritaria y un tono de voz lleno de firmeza. Yesenia al verla actuó con normalidad y solo se dispuso a verla por unos segundos y elevar una de sus cejas.
—¿Entonces el plan continúa?— Yesenia se levantó. Ariadne también se levantó y después de unos segundos ambas volvieron a sus respectivos asientos.
—Desde hace un tiempo nosotras nos reunimos en este