39. sentimiento de culpa
Los invitados ya estaban vacíos debido al evento improvisado realizado por Serli y su madre. Las dos mujeres quedaron muy satisfechas porque la fiesta de compromiso finalmente transcurrió sin contratiempos, aunque pareció repentina.
El ambiente del salón de baile, que antes estaba lleno de risas y conversaciones, ahora sólo tenía adornos de flores marchitas y vasos vacíos olvidados sobre las mesas.
Las velas de la mesa redonda empezaron a apagarse una a una, dejadas atrás por la brisa nocturna que entraba por la ventana abierta.
Alan se levantó de su asiento, respiraba con dificultad y sentía una opresión en el pecho. Nunca pensó que esta noche terminaría así. Sólo vino porque se sintió obligado a hacerlo: por la presión de su familia, por viejas promesas que nunca cumplió. Pero ahora todo eso se ha convertido en algo que ya no se puede controlar.
Cuando estaba a punto de salir del salón de baile, sus pasos se detuvieron. Serli apareció de repente detrás de un pilar de mármol, con el