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InicioElla y Nuestros Bebés
Ella y Nuestros Bebés

Ella y Nuestros BebésES

Romántica
Marcia E. Cabrero  Completo
goodnovel16goodnovel
9.9
Reseñas insuficientes
65Capítulos
162.8Kleídos
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Resumen
Índice

Sinopsis

Novela ligeraValienteJefe / CEOArtistaImplacableAmor verdaderohistoria de amor

Miranda vive su vida lo más plenamente posible a pesar de sus limitantes, intentando siempre dar lo mejor de sí para sus dos tesoros, con los colores de la vida.James vive su vida lo más tranquilo posible a pesar de tenerlo todo, intentando olvidar su pasado encerrado en una vida solitaria y gris.Dos mundos distantes en un mismo espacio. Ella es el día, él es la noche, y sus tesoros serán la tierra a la que ambos sobrecogen y protegen.Ella es una simple mesera, él es solamente el dueño del lugar. No puede ser tan malo.

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Último capítulo

  • Epílogo

    James Al sentarme hago lo mismo que he hecho durante los últimos cuatro meses, cruzarme de brazos y observar al sujeto frente a mí por la próxima hora. Ninguno dice nada, tampoco lo creo necesario, y nos observamos. Al menos yo lo hago, él se muestra tímido aún. Fue incómodo en un principio, saber que te observan y no puedes hacer nada al respecto resulta ser perturbador en un nivel desesperante. Pero ahora incluso logro verlo sonreír cuando dejo alguna foto de mis hijos sobre la mesa. Marco es consciente de la vida que estuvo llevando, e incluso confesó a su psiquiatra su deseo de morir. No sabe por qué su hermano mayor, el que lo abandonó por tanto tiempo, tuvo que salvar su miserable vida. Incluso cuando creí que podría encaminar mi vida, de manera incorrecta dejando mi pasado atrás, hice las cosas mal. Al menos esa es la manera co

  • Capítulo 64

    Miranda—Suéltame, Lola —gruñe él.Ella no obedece. Se arrodilla frente a él y no puedo creer que no me hayan notado. Ambos tan enfrascados que no ven nada más. Él en su dolor, ella en su manipulación.—Sé que eso no es lo que quieres. Nosotras sabemos cómo te gusta. Sabes que amábamos complacerte a ti más que a nadie.James hace un movimiento, tan rápido y casi imperceptible que doy dos pasos atrás con miedo. Richard me toma del brazo para no caer y observa paralizado lo mismo que yo. Mi esposo sostiene a la mujer del cuello y la enfrenta con frialdad. Su mirada es vacía y su cuerpo se ve tensionado, casi al límite del dolor mental que siempre lo carcome.<

  • Capítulo 63

    MirandaDentro del avión Richard sostiene mi mano y limpia mis lágrimas, mientras nuestras dos acompañantes mujeres se mantienen alejadas para que mi preocupación no altere a mis hijos.Necesito tanto verlo. Ver que está bien y que nada malo le pasará.Él no contesta a su teléfono, Jeanne tampoco y mis nervios se están volviendo locos.—Me casé por primera vez a los veinticuatro años —dice Richard, sé que es para servir de distracción—. Su padre era socio de mi abuelo y era mi obligación conservar la línea noble de la que precedo. Su mejor amiga era su amante, vivía a su antojo y derrochaba como loca. Desquiciada por las drogas y el licor. Un día intent&oacu

  • Capítulo 62

    JamesLa música estridente que se escucha desde dos pisos abajo se origina en el apartamento frente a mí. Este lugar es nuevo, como es la costumbre de Lucio de no quedarse demasiado tiempo en un mismo lugar. Pero no tiene nada especial, tal y como le gusta para no llamar la atención de más. La decadencia es la misma en la que está acostumbrado a vivir. Si algo no puedo decir de Lucio es que sea un insensato. Le gusta hacer lo que hace, la adrenalina de la persecución y la emoción de no ser descubierto mientras miente. Un engañador consumado tallado por una larga cadena de estafadores que lo precedieron y se enorgullece de ello.Mis raíces son una verdadera mierda.—¿Y entonces? —pregunta la chica tatuada a mi lado.

    Capítulo 61

    MirandaAl despertar, bastante avanzado el día según el reloj de la mesa a mi lado, me quejo por el sueño que aún amenaza con consumirme, como si absorbiera mi energía vital. Impulso mis piernas a bajar con una férrea voluntad, me siento y gimo un largo bostezo que me saca un poco más de ese mundo de sueño llamado letargo. Uno de los síntomas del embarazo que me puso un poco alerta y obligó a Jeanne a que comprara esa prueba de embarazo casera que nos sacó de dudas y me hizo una mujer feliz.No hay señal de James. No sabría estimar si ha dormido ya.Muerdo mi labio mientras me cambio con un vestido largo verde oliva y sandalias negras sin tacón, todo sin dejar de sentir una extraña agitación en mi pecho, como si algo no estuvie

  • Capítulo 60

    MirandaCierro los ojos y sonrío al disfrutar de la tranquilidad que nos envuelve en este momento. Estar en este lugar tan apacible, lejos del bullicio de una ciudad incontrolable, dejándonos tragar por una deleitosa paz, es increíble. El aroma salado del mar lo envuelve todo a nuestro alrededor y me relaja como nada lo hizo antes. Incluso vivir en un lugar como este por la eternidad es tentador. Si tan sólo mis hijos no arruinaran mi imagen de pasividad perfecta con los recuerdos de sus gritos y de sus llantos.Es increíble pensar que los he extrañado tanto que me siento un poco vacía al despertar y darme cuenta de que no tengo a algún lado al que correr, o atender, más que a mi esposo.Mi esposo.

  • Capítulo 59

    James—Avisaré para que nos esperen una hora para que te arregles.Le doy un beso, y sonrío sin lograr soltarla. Un beso en su frente y doy un paso atrás. Ya nos veremos abajo para sellar nuestras vidas al fin. Admiro su vientre y niego, incapaz de creer que tendré otro hijo con ella y que esta vez no estará sola pasando por este proceso. Estaré aquí para protegerlos a los cuatro.Toma mi mano y se inclina un poco sobre mí para detenerme. Y lo logra con un puntaje perfecto cuando sus pechos quedan en mi cara.—Quiero pedirte algo.—Lo que quieras —aseguro, mirando ahora sus ojos—. Hasta una isla, si es tu deseo.

  • Capítulo 58

    JamesInmediatamente se relaja. Escucharla decir todas esas cosas no es algo agradable para mí. Estas dudas con respecto a mi amor por ella las logré yo al cancelar nuestra boda una semana atrás sin consultarle, por mis estúpidos miedos creyendo lo que sería mejor para ella y nuestros bebés. Pero jamás habrá nada mejor para Miranda Veillard, que yo.—Me aburriré de ti cuando seas pobre, se empequeñezca tu pene y dejes de llamarme «Mi Amor».Suelto una gran risa.—Solo tú puedes soltar una estupidez semejante. —También rí

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65 chapters
Capítulo 1
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
MirandaTodos tenemos un día perfecto y sería una bazofia decir que yo lo tengo todos los días, pero cada mal momento que paso día a día se ve recompensado al ver las pequeñas y dulces sonrisas de mis preciosos bebés. Dylan e Isis, tienen cuatro meses de nacidos y, a pesar de que han sido cuatro meses muy, muy, muy difíciles al ser madre soltera con sólo veinticuatro años, me hacen feliz. Como nunca antes lo fui.Dicen que soy exageradamente positiva, pero no le veo razón a amargarme por cosas que no puedo cambiar. ¿De qué me sirve quejarme porque mis hijos lloran, o se hacen del pañal, o porque debo pagar el arriendo de nuestro pequeño apartamento? Son mis obligaciones y, amargada o no, debo solucionarlo. Así que yo decido si quejarme o llevar mi vida lo m&
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Capítulo 2
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
MirandaLa mujer me sonríe antes de salir y es allí cuando pienso que todo este sacrificio vale la pena. Meto a mis niños en el coche doble que les regaló Aria al nacer y me preparo mentalmente para bajar, con el mayor cuidado, los cuatro pisos sin percances. Tomo los dos bolsos y empiezo mi travesía. Bajo lentamente, tomando un descanso en cada piso para ver que vayan bien. Ambos están dormidos y eso es bueno.Al llegar al trabajo, Aria corre a abrirme la puerta y Kelly ríe burlándose de la pobre mujer. La entiendo un poco, sus hijos crecieron y se fueron sin mirar atrás. Aún me pregunto por qué. Los dejamos tras del mostrador y empiezo a trabajar mientras ellos descansan. Sus vidas son tan difíciles, complicadas y llenas de dilemas.Leer más
Capítulo 3
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
James—Ve abajo —le digo a Milo—. Detenles lo más que puedas No puedo creer lo que haré, pero verla con esas enormes lágrimas rodando como ríos y aferrándose a su hija, es alarmante. No tenía que haber venido esta noche. Esta ni ninguna de las anteriores.Miranda me mira preocupada, esperando a que diga algo, a que le grite quizás, y estoy a punto de echarme para atrás, pero sé que no debo. No, a menos que sea ese idiota despiadado como aseguran mis amigos que soy. Camino de un lado a otro haciendo tronar las articulaciones de mis dedos, intentado idear algo que me ayude a sacarla de este problema. No quiero dejarla así; le podrían quitar a sus hijos, de eso no hay duda.Nunca me imaginé
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Capítulo 4
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
James Ambos bajamos y salimos por la puerta de atrás, siempre en silencio para no despertarlos, a través del oscuro, sucio y apestoso callejón. Enfrente del bar espera mi carro, los llevo hasta él y la ayudo a acomodarse en la parte de atrás. Le doy una última mirada al bar, The Cavern, y niego. No sé qué es lo que me ha detenido de derrumbar este lugar, es un bar justo enfrente de un muelle abandonado, el que derrumbaré y restauraré para tener un mejor aprovechamiento de este espacio para la comunidad. El muelle 57 es un sitio histórico, hace parte de lo que significa esta ciudad. Este espacio, al igual que los almacenes y locales de los alrededores deben ser también modernizados para que todo el alrededor sea perfecto.—¿Dónde vives? —pregunto, y enciendo el auto. La
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Capítulo 5
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
MirandaDespierto cansada, como todos los días, luego de tener que levantarme tres veces esta noche para atender las necesidades de mi par de ángeles. Alimento a mis niños y los preparo, no creo que demore en llegar el señor…El toque a la puerta me avisa y me advierte de su extrema puntualidad. Ciño mi bata y corro hacia la puerta. Sonrío al verlo allí, con su rostro serio y lindo.—Buenos días, señor Donovan.—Aún no está lista. Tenemos media hora, Miranda.¿Por qué siempre tiene que gruñir?—¡Quince minutos! —grito, y corro dejándolo en la puerta, voy de vuelt
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Capítulo 6
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
Miranda—Tuvimos una relación, pero nos separamos y nunca tuve la oportunidad de decirle que estaba embarazada. Nos reencontramos hace unos días.—Ayer habíamos salido para hablar al respecto y conocer a mis hijos —continúa él, dando una genial actuación al besar la cabeza de Isis—, pero tuve que pasar al bar que recién adquirí por unos documentos y fue cuando llegó la policía.—Pasada la media noche —reprocha ella.—Puede llamar al restaurante en el que estuvimos previamente, si desea. No tenemos nada que ocultar.La mujer se yergue algo intimidada po
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Capítulo 7
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
JamesLlego a mi cena con el señor Garrett, deseando que este jodido día finalmente termine. Qué más quisiera yo, que el peor de mis problemas fuera la mesera del bar y sus hijos. Ahora, mi idiota padre quiere que le envíe más dinero para cubrir sus malditas deudas de juego como si fuera su cajero automático personal. Nunca estuvo al pendiente de mí y no hizo más que traerme problemas, pero desde que mi abuelo me puso a cargo de la constructora inmobiliaria hace un año, ha aparecido con demasiada frecuencia. Debo buscar la manera de sacarlo de mi vida antes de que intente enredarme en su mierda una vez más.—Donovan —saluda Martin Garrett, y me levanto para recibirlo.—Señor Garrett.Ocupamos
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Capítulo 8
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
James —Ya cálmate. Ni que fueras mi mujer. Sí, tengo dos hijos. No sé si recuerdas mi viaje hace un año a Atlanta. Pues allí la conocí.—Estás bromeando, ¿cierto? Tú jamás has sido un irresponsable, no dejarías a una mujer embarazada ni por error.—No tengo tiempo ahora. Luego te llamo.Corto la llamada sin darle tiempo a seguir con su interrogatorio y me levanto sin ocultar mi preocupación. Me he dado cuenta de que Miranda no es la mejor referencia de la puntualidad, pero dos horas de retraso es demasiado.—Leonore —hablo al llegar a la puerta, brinca en su puesto y bufo. Salgo con mi saco en mano Leer más
Capítulo 9
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
MirandaMe remuevo y me quejo. No me quiero levantar, mucho menos romper esta paz tan perfecta, un silencio inmensurable y una quietud que… Arrugo mi cara juzgando el apartamento, sólo con mi agudo oído. La quietud perfecta no existe, mucho menos en este lugar.Al no percibir los comunes sonidos que suelo sentir al despertar, abro mis ojos y me siento. Veo la cuna, algunos juguetes regados y ropa de bebé. No me he equivocado, tengo dos hijos, unos muy bulliciosos, y no hay señal de ninguno.No recuerdo la última vez que dormí tanto y tan bien, desde que mis niños nacieron. La doctora dice que en poco tiempo empezarán a dormir toda la noche y allí me podré relajar un poco, aunque estarán más despiertos durante el día. Es realmente agotador at
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Capítulo 10
Ella y Nuestros Bebés/Marcia E. Cabrero
Miranda—¿Despertaron? —pregunta James a una mujer, ella se levanta corriendo una vez nos ve salir del elevador.No puedo evitar reír cuando se atraganta con una fresa y golpea su pecho tratando de pasar la fruta a la fuerza. Me mira apenada y muevo mi mano para tranquilizarla. Pobre mujer.—Lo siento, señorita Veillard. Aún duermen, señor. Son un par de angelitos.Mis hijos pueden ser llamados por muchos calificativos tiernos, pero ¿angelitos? O bien, esa mujer está delirando, o mis hijos saben en qué palo trepan. Creo que me inclino por la segunda. La miro impresionada y me apuro para seguir al hombre. ¿Acaso no sabe quedarse quieto en un sólo lugar por más de cinco segundos?Leer más
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