Capítulo 86
—Director Pizarro, ¿le pasa seguido que se le acalambren las piernas? Ya llamamos a una ambulancia. ¡Por favor, mantenga la calma! —los empleados de la cafetería trataban de calmarlo.

Mariana apartó a la multitud y avanzó con paso firme. Todos la miraban con los ojos muy abiertos y refunfuñaban: —Oye, ¿por qué te metes?

—¡Exacto! ¿Acaso puedes curarlo?

—¡Si sólo vienes a burlarte, al menos ten algo de respeto!

—Mira cómo va vestida... ¿Qué diablos es esto? ¿Quién en su sano juicio se viste así?

Cubriéndose la boca, la miraban con desprecio y burla, lanzando dudas sin ningún reparo hacia Mariana.

Ella les echó un vistazo, sintiendo una ola de irritación. ¿Por qué la gente era tan hostil hoy en día? Sólo sabían criticar y cuestionar.

—¡Ay, me duele mucho! —gruñó Liberto Pizarro, apretando los dientes con una expresión de dolor.

Había tenido calambres antes, pero su apretada agenda le había impedido prestarles mucha atención. Como muchos médicos, confiaba en su autodiagnóstico y pensaba q
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App