Perspectiva de Arturo
Volví a leer su último mensaje, fue frío, medido y definitivo.
"Espero que disfrutes tu boda hoy. No te molestes en preguntar por nosotras, ya no seremos una preocupación para ti."
Eso me enfureció más.
¿No eran mi preocupación? Golpeé el teléfono contra el escritorio, con la mandíbula apretada.
¿Por qué no pudo ver en qué clase infierno estaba atrapado?
No pensé, solo escribí.
"Sabrina, ¿estás loca? ¿Volaste a tu casa sin decir una palabra? Eso es realmente maduro."
"¿Crees que puedes volver a tu antigua vida como si nada hubiera pasado? Diste a luz a mi hija, nuestra hija, así que no puedes simplemente largarte."
"Si vuelves, no estaré tan enojado, ¿vale? Las parejas se pelean. Sé que podemos arreglar esto."
"Tranquila, no me casé con Beatriz, todo fue un show. Te lo dije, siempre serías mi única señora Vélez."
Presioné y envié los mensajes.
…
Esperé.
Un día entero y una maldita noche.
Pero nada, ni llamadas, ni mensajes, ninguna señal de que siguiera al otro la