Capítulo 214.
—¿Viniste a burlarte?— cuestionó Phiama, incorporándose, usando sus brazos para apoyar su espalda en las almohadas.
—Eso de proyectar inseguridad como ataque, siempre te ha quedado pequeño —respondió Harper sin perder el aplomo, deteniéndose a medio paso de la cama—. Si quisiera burlarme, estarías llorando antes de que pudiera entrar del todo a este sitio.
El silencio se cargó el espacio. Horus se seguía a su lado, como si sintiera que no estaba tan segura en ese lugar.
Harper ladeó ligeramente la cabeza, observando a la mujer frente a ella, reparando las uñas poco cuidadas, los codos raspados y algunas heridas en el rostro. Era claro que no la pasó bien esas semanas.
—No vine por ti, Phiama— eso era seguro—. Ni para humillarte ni para aplastarte. Eso, por si no lo recuerdas, ya sucedió en el escenario… y en la vida —sus palabras eran suaves, pero cada una iba calibrada por ella—. Vine porque a pesar de lo que hiciste, no mereces que te pudras sin testigos. Y yo soy mejor testigo q