Capítulo 187.
El albanés indicó con un ademán ligero que lo liberara. Acción que fue realizada en segundos. Eso lo llevó a ponerse de pie, aún tambaleante y con la cabeza a nada de estallar, debido a la presión que surgía con cada latido feroz de su carótida. No podía creer lo que estaba viendo. Se sintió impotente, tal cómo un presa que siempre tuvo al depredador a sólo centímetros y aún así no percibirlo.
Se tiró hacia atrás y trató de contener la respiración. Sus pulmones ardían con cada bocanada de aire. Sus manos temblaban y su pecho saltaba, cual volcán activo. Sin embargo, salir de ese embrollo era la menor de sus preocupaciones. Podía correr, saltar desde ese balcón y tomar un vuelo, pero, jamás podía salir de la vista de Darek.
Este le había puesto los ojos encima, desde el primer instante en el que descubrió que era el esposo de Delphine. Ahora, con luz verde, luego de que todas sus posesiones habían caído en las manos del albanés. Con una firma que él inglés creyó haber marcado para au