No quiero quitarle las ganas de que pueda subir al avión. Así que, aunque tengo mucho miedo, avanzo con Lucifer y varios hombres lobos, que me sonríen cada vez que los miro, ya que, ellos parecen acostumbrados a viajar.
Lucifer, me toca la mano e intenta que esta entre en calor cuando me siento fría y pálida, por el miedo que siento en estos momentos.— Estás muy fría.— Tengo miedo, es normal que esté así de fría. — digo angustiada.— Tranquila, normalmente no hay tantos accidentes aéreos.— Ahora sí se ha tranquilizado, Lidia. — dice Rebecca.— Lo siento, en mi mente sonaba diferente. — se disculpa lidia.El nerviosismo aumenta, no puedo evitar sentirme preocupada porque comienzo a pensar en cómo podrían encontrarme y lo poco que le importará a mi familia de darme una sepultura adecuada.&ls