Le grito al punto que siento que en cualquier momento él me va a contestar de manera grosera. Pero, la realidad es que él solo me sonríe como si estuviera diciéndole cosas agradables, mientras el doctor se encarga de revisar mi corazón aunque le digo que no me toque.
— Lo siento mucho, señora. Pero, debido a su agitación, lo mejor es que la revise nuevamente.— Usted y Lucifer pueden irse al mismísimo demonio y no vuelvan más, maldita sea. — digo enojada.— Creo que de allá venimos, pero, no te preocupes, hasta el momento es algo con lo que puedo lidiar. — dice Lucifer mientras las chicas niegan suspirando profundo porque no es la forma de convencerme.El tiempo pasa, sigo insultándolo y el desgraciado, solo sonríe e incluso bebe una copa de vino como si fuera algo gracioso de lo cual alardear el solo verme atada a una silla en la que no quiero estar<