Capítulo 99
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—¡No! No estoy de acuerdo. ¡No vas a la mafia! —espetó Enzo.
Se levantó de la silla, empujándola hacia atrás con tanta fuerza que casi se cae. Sus anchos hombros estaban tensos, sus manos apretadas en puños a los costados, como si se estuviera conteniendo físicamente—. ¡Ni por mi cadáver te dejaría hacer eso, Violet!
Suspiré suavemente, acomodando a Amelia en mis brazos mientras seguía amamantándola. Ella era completamente ajena a la tensión en la habitación, sus pequeñas manos se enroscaban en mi camisa mientras mamaba tranquilamente. Acaricié sus pequeños dedos, intentando mantener la calma.
—Enzo, cálmate —dije suavemente, mi voz apenas por encima de un susurro—.
—¿Cálmate? —Sus ojos brillaron mientras caminaba frente a mí como un animal enjaulado. ¡Estás hablando de meterte en la boca del lobo! ¿Tienes idea de lo peligroso que es eso? ¡Por Dios! Acabas de tener un bebé. ¿De verdad crees que es inteligente involucrarse con ellos ahora?
Respiré hondo, recuperándome