Capítulo 117
Estaba en medio de mi oficina, mirando por la ventana, con la vista de la ciudad borrosa por mis pensamientos desbocados.
Habían pasado semanas desde que Enzo descubrió la verdad sobre mí.
Semanas desde que me dijo que me perdonaba, pero eso no borraba el dolor de sus palabras de antes.
Ahora quería que trabajáramos juntos, que uniéramos fuerzas, que nos casáramos como si todo lo que había pasado entre nosotros pudiera simplemente... desvanecerse.
Criar a nuestra hija.
Y ni siquiera sé qué decir.
"Estás callado". Su voz rompió el silencio. No necesité girarme para saber que estaba apoyado en mi escritorio, con los brazos cruzados, observándome. Esa postura característica de Enzo que rezumaba confianza y control.
"¿Qué esperas que diga, Enzo?", respondí, todavía de espaldas a él. “Entras en mi territorio, después de todo, y me sueltas esto como si fuera un trato de negocios.”
“Son negocios”, dijo con calma. Demasiado calma. “Pero también es más que eso. Tú lo sabes.”
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