Ciel se retiró al corazón del campo, rodeada por los líderes de los clanes aliados, Ian y Jordan siempre a su lado. Frente a ellos, el aire estaba cargado de tensión, como si el mundo mismo contuviera la respiración. Era el momento de consolidar su poder más allá de la autoridad y la fuerza: necesitaba estrategia y control absoluto.
—Escuchen —dijo Ciel, levantando la voz—. Los clanes que decidieron unirse a mí deben actuar como un solo cuerpo. Cada decisión, cada movimiento, cada misión que emprendan será coordinada conmigo. Quien actúe por su cuenta o busque manipularnos, será considerado enemigo.
Kaelion inclinó la cabeza, evaluando cada palabra con cautela.
—Eclipse… tu poder es innegable, pero algunos clanes todavía dudan. Si no controlas la información y las decisiones, podrían volverse contra ti incluso sin quererlo.
Ciel asintió, consciente de que debía moverse con rapidez.
—Ian, Jordan —dijo—. Dividiremos a los clanes en unidades: vigilancia, defensa y ataque. Algunos protege