capitulo 58

El fuego azul que rodeaba al Concilio se agitaba como un mar tempestuoso.

Cada figura envuelta en túnicas parecía caminar sobre un suelo que no pertenecía a este mundo. Sus máscaras reflejaban no solo los rostros de los presentes, sino sus miedos más íntimos. Los guerreros, que hacía minutos luchaban hasta la muerte, ahora retrocedían como niños asustados.

Ciel seguía inconsciente entre los brazos de Ian, su respiración entrecortada, su piel sudorosa. Cada exhalación parecía traer consigo un destello de luz y sombra, como si dentro de ella todavía pelearan fuerzas irreconciliables. Ian la sostuvo más fuerte, incapaz de apartar la vista del Concilio, su corazón latiendo con la urgencia de protegerla.

—No se atrevan… —murmuró, con voz ronca pero firme.

Jordan, ensangrentado, se adelantó un paso. Su espada ardía con el fuego ancestral de su linaje, pero lo que ardía aún más eran sus ojos. Celos. Rabia.

—Ni ellos ni tú —dijo, mirándolo directamente a Ian—. Ella no te pertenece.

Ian apretó
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App