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InicioEl secreto del Príncipe
El secreto del Príncipe

El secreto del PríncipeES

Fantasía
María José Madero  En proceso
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62Capítulos
4.5Kleídos
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Resumen
Índice

Sinopsis

FantasíaAmorRomanceRicoBrujaPoderosoReal

Cuando cumplí dieciocho años, mi madre me envió a vivir con mi tía al Reino de Steiggad; un pueblo regido bajo la monarquía del Rey Idris. Jamás me explicó los motivos… Y a veces me pregunto si habría preferido que no lo hiciera. En este pueblo ocurren sucesos inexplicables. Cuando cae la noche, las sombras se enroscan alrededor de los árboles y el peligro acecha. Steiggad no es lo que parece… Y yo tampoco. En este lugar reinan las amenazas y los secretos… Pero, tal vez, el más grande de ellos sea ese que descubrí en aquella noche. El secreto del Príncipe.

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El secreto del Príncipe Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • Capítulo 62

    CAPÍTULO LXII. ENTRE LLAMASGaelTodo a nuestro alrededor parecía un infierno. Y de una forma literal, lo era. Neil había insistido un par de veces más en que prender el castillo en fuego no era una buena idea porque el calor me debilitaba, pero no había otra manera de hacerlo. Aquel lugar era su fortaleza, el sitio en donde mantuvieron secuestradas a aquellas personas para después convertirlas en bestias.Había que destruirlo hasta los cimientos.El fuego consumía todo cuanto se abría paso ante él, como las fauces hambrientas de un lobo devorando a su presa. Las llamas color ámbar se alzaban y se extendían por las paredes y el techo, atrapando a las columnas y a los muebles; también creando un calor insoportable.Pequeñas gotas de sudor se deslizaban por mi frente y sentía que el ruido de mis latidos era mucho más fuerte que el de la madera siendo consumida por el fuego. Pero estaba seguro de que nadie más que yo podía escucharlo. Aun así, cada pulso era más recio que el anterior, la

  • Capítulo 61

    CAPÍTULO LXI. COMO UNA LIBÉLULAAnissaEl dolor me recorría de pies a cabeza.Las heridas eran profundas, desgarrando mucho más que mi piel y robándome cada vez un poco más de vida en cada aliento.La figura de Declan frente a mí habría aterrado a cualquiera. Sus ojos carmesíes parecían inyectados de sangre, o, tal vez, sedientos de ella. Estaba hambriento, ansioso, delirante, por dar la estocada final y ser él quien, con sus propias manos, acabara con mi vida.Él sabía que bien podía permitir que pasaran algunos minutos más y dejar que el tiempo se encargara de desangrarme. Pero no era lo que quería. Sus sádicas intenciones lo mantenían aferrados a la convicción de ser él mismo quien arrebatara mis últimas fuerzas.Aquel espeluznante Ereseo alzó su mano, mostrando el peligroso filo de sus garras.Lo haría.Se abalanzaría hacia mí.Y todo ocurrió en cuestión de segundos.Mi cuerpo estaba tan débil en aquel momento, que lo único que tenía claro era el dolor que sentía. Pero uno nuevo a

  • Capítulo 60

    CAPÍTULO LX. ESCENARIO DE SANGRE Y FUROR Anissa Probablemente, jamás en mi vida mi corazón había latido tan fuerte, como lo hacía en ese momento. Sentía que mi pecho iba a estallar en cualquier instante, producto de las emociones que recorrían mis venas. Sabía que aquel día era crucial. De nuestro éxito o fracaso, dependía todo el Reino. Pero yo no estaba dispuesta a fallar. Cuando Silver y yo nos abrimos paso fuera del bosque y llegamos al Palacio, me encontré con aquello que tanto temía: Los muertos vivientes infectados por los Ereseos ya estaban atacando. No vi rastros de Declan en ese momento, pero el lugar sí estaba minado de todas esas criaturas repulsivas que atacaban a los guardias, quienes, provistos con sus armaduras metálicas y sus espadas, se defendían tanto como podían. Aquel era un escenario de sangre y furor.

  • Capítulo 59

    CAPÍTULO LIX. SOBREVIVIRAnissaNo podía creer lo que mis ojos veían, aun cuando había presenciado escenarios verdaderamente increíbles en el último tiempo.Esto era completamente diferente.Los aspectos de aquellas personas eran terroríficos. Guturales gruñidos escapaban de sus bocas, mientras que sus ropas estaban desgarradas y sucias. Parecían haber pasado una gran cantidad de tiempo encerrados. Ahora que veían la luz del día, estaban sedientos de sangre.Y esa sed se expresó en el salvajismo con el que comenzaron a correr hacia nosotros, guiados por Moira.Lo primero que llegó a mi mente fue que habíamos dejado atrás a los caballos, así que corrí con todas mis fuerzas hacia ellos.

  • Capítulo 58

    CAPÍTULO LVIII. MUERTOS VIVIENTESNeilCuando desperté, lo primero que sentí fue el fuerte dolor de cabeza. Pulsaba en mi nuca y se expandía por todo mi cráneo. Estaba desorientado, no sabía qué era lo que pasaba, ni dónde me encontraba.Entonces, comencé a recordar. A mi mente llegó el momento en el que fui golpeado a las afueras del castillo. Recordé haber caído al suelo y después ser rodeado por un apestoso humo rojo, antes de que todo se sumiera en la oscuridad.Ahora me encontraba en un lugar oscuro, en donde también había un olor desagradable, mientras que mis muñecas estaban presas por las argollas de las cadenas, las cuales mantenían mis brazos suspendidos en una posición incóm

  • Capítulo 57

    CAPÍTULO LVII. LA PRIMERA ÚLTIMA CARTAAnissaMientras peinaba mi cabello, frente al espejo, observé por el reflejo a Gael sentarse en el borde de la cama y tomar la hoja de papel que estaba doblada sobre el pequeño cajón de madera. Sentí mis mejillas sonrojarse, precisamente por el contenido que tenía dicho papel.Dejé el cepillo sobre la mesa y me di la vuelta hacia él. Sus ojos pasaban por las líneas escritas en él con curiosidad. Verdaderamente, estaba atento a lo que allí decía.—No sabía de esto —murmuró, no como un reclamo; sino con cierta sorpresa.Tomé un largo suspiro y caminé hacia él, para sentarme a su lado. Ahora, sus ojos grises me miraban con atención.—Estuve escribie

  • Capítulo 56

    CAPÍTULO LVI. SOLO NOSOTROS Anissa Al despertar, lo primero que sentí fue confusión. Todo era muy vago dentro de mi mente, por lo que no tenía ningún recuerdo claro acerca de lo que había pasado. Simplemente, todo estaba en blanco. Parpadeé varias veces, lentamente, mientras juntaba las cejas por instinto. Cuando enfoqué mi visión en el dormitorio, noté que era de noche. La luz de la luna se filtraba por las cortinas y hacía una suave brisa. También me percaté que estaba acostada boca abajo, con la mejilla reposando en la almohada y la espalda descubierta. Confundida, me levanté de a poco y vi que sí tenía puesto un camisón, solo que no abotonado en la espalda, por lo cual esta quedaba expuesta. Cuando me pregunté por qué, fue cundo los recuerdos llegaron a mi mente; el inmenso dolor que sentí en la espalda, como si mis huesos se rompieran

  • Capítulo 55

    CAPÍTULO LV. TEMORGaelMe encontraba fuera del Palacio cuando escuché las fuertes pisadas de un caballo acercándose a toda velocidad. Neil se había ido hacía poco al castillo de los Poyner y yo planeaba visitar el pueblo, para dar una vuelta por los alrededores del caserío. Pero esos planes cambiaron cuando vi a Silver correr directo hacia donde yo estaba, cerca de las caballerizas.De inmediato, supe que algo no iba bien. Anissa se había ido un par de horas antes a la pradera para practicar su magia y, por supuesto, fue con Silver. Ahora la yegua regresaba sola y estaba sumamente alterada.Me alejé de la entrada de las caballerizas apenas la vi, sintiendo cómo el ritmo de mi pulso aumentaba gradualmente, mientras mis cejas se juntaban. Silver se apresuró hacia mí, inqu

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  • Detrás de la Lente
  • JUSTICIA DE LOBOS
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62 chapters
Capítulo 1
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO I. EL CHICO DE LOS OJOS GRISES    AnissaNunca en la vida me imaginé mudarme al Reino de Steiggad. En parte, porque ni siquiera conocía de su existencia. Y, en parte, porque mi madre jamás mencionó que me enviaría a este lugar cuando cumpliera dieciocho.—Gracias —murmuré, cuando el hombre del servicio de la diligencia me dio mi desgastada valija—. Es usted muy amable.El hombre de piel quemada por el sol y pelo canoso me ofreció una sonrisa cordial, pero no tardó en acompañarla con una advertencia.—Tenga cuidado por estas calles, señorita —advirtió—. A algunos zoquetes les gusta intentar pasarse de listos cuando ven a una mujer sola.Tragué fuerte y moví la cabeza en un q
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Capítulo 2
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO II. LA CHICA DE CABELLO DORADO GaelEra difícil ver unos ojos como esos en aquel pueblo. No, no me refería al color verde que encerraba sus pupilas, sino a lo que ardía dentro de ellos; un coraje que distaba de las actitudes petulantes o aduladoras de todos aquellos que solían rodearme. Unos ojos que escondían dentro de sí el miedo y lo convertían en valor.Unos ojos que no tenían la menor idea de quién era yo.Estaba acostumbrado a tener siempre cierto tipo de miradas sobre mí. La mayoría, eran de temor. Otras, muy pocas, en realidad, expresaban respeto. El resto era falsa estima, que utilizaban para disfrazar sus intereses.Y luego, estaba esa mirada… Esa que no me reconoció como lo hacía el resto y que, verdaderamente, se mantuvo esperando una respuesta de mi parte.Leer más
Capítulo 3
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO III. AMATISTA AnissaTenía un dolor de cabeza espantoso. Evidentemente, mi cuerpo estaba resintiendo el poco descanso que le di y, más que eso, todo el tiempo que estuve despierta, esperando escuchar algo más… Cosa que no sucedió.Aun así, lo que escuché esa noche fue suficiente como para hacerme pensar que mi tía y yo no estábamos precisamente seguras en esa casa. La puerta era de madera y simplemente tenía una tranquilla que cualquier animal grande, como un oso, podría romper sin ningún problema.Pero, ¿y si no era un oso…? ¿Qué otro animal podría ser?Jamás en mi vida había visto uno, así que no tenía la menor idea de con qué más podía relacionarlo.—Estás muy cal
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Capítulo 4
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO IV. ESTAR CONDENADO AnissaMi tía me habrá hecho unas cien advertencias antes de marcharme hacia el Palacio. Ella continuaba resistiéndose a la idea, pero agradecía que, a pesar de ello, respetara mi decisión. Estaba dispuesta por completo a hacer algo de provecho mientras estuviese ahí, y nada me quitaría esa idea de la cabeza.Salí temprano de la casa para no llegar con demora al lugar. Mi tía me explicó en dónde quedaba el hogar de la familia más importante y acaudalada de Steiggad; nada menos que al otro extremo del pueblo, cruzando una zona que distaba del bullicio y gentío del centro. Por el contrario, allí se abrían paso amplios caminos donde transitaban los caballos y los carruajes de familias adineradas.Los campos permitían que se instala
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Capítulo 5
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO V. DIFERENTE AnissaComencé a trabajar en el Palacio aquella misma tarde. Evidentemente, no había tiempo que perder. Hilda requería con impaciencia a alguien que ocupara el puesto de la antigua trabajadora, mientras que yo necesitaba que la semana de prueba culminase pronto.Mientras tanto, me esmeraría por demostrar que podía con el trabajo pesado y que lo hacía bien. No me agradaba la mirada de crítica que Hilda colocaba sobre todas las trabajadoras, como si esperase que falláramos estrepitosamente en lo que hacíamos.Pasé el dorso de mi mano sobre mi frente y tomé una pequeña bocanada de aire, para continuar con lo que hacía. Estaba de rodillas en el suelo, con una cubeta llena de agua junto a mí y una esponja húmeda entre mis dedos, fregando el piso d
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Capítulo 6
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO VI. MARIPOSAS AnissaHabía terminado de fregar el piso de la zona del pasillo que Hilda me encomendó y, pese a que mis rodillas dolían un poco por la postura, aún tenía suficiente energía como para continuar sin problema alguno.Lo único que realmente me tenía cansada, era la pañoleta blanca que llevaba en la cabeza. No estaba acostumbrada a usarla todavía y sentía que solo me producía más calor. Tan pronto como salí a uno de los tantos patios del Palacio, me apresuré en quitármelo de la cabeza.Me sentí aliviada cuando permití que el cabello cayera sin demasiado orden alrededor de mi cara y sonreí para mí misma al pensar en que a Hilda le habría dado un infarto si me viera. Pero necesitaba un respiro, uno mínimo, antes de
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Capítulo 7
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO VII. EN LA OSCURIDAD DEL BOSQUE  AnissaApresuré mis pasos para alejarme pronto del Rey Idris y su mirada crítica. Estaba completamente segura que yo no le agradaba un poco. Ni yo, ni ningún otro sirviente, en realidad. Nadie que no estuviera «a su nivel» sería considerado como alguien digno de su atención jamás.Pero Gael no era como su padre.Mientras me adentraba en las entrañas del bosque, no podía evitar pensar en lo que dijo antes.«No tienes que preocuparte por eso frente a mí. Ni tienes que dirigirte a mí por el cargo que ocupo. Ya hay demasiada gente haciéndolo, Anissa. Y, sé que tú no eres como ellos.»¿Qué habría pensado el Rey, si lo hubiese escuchado hablar de esa manera? Seguro que habrían teni
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Capítulo 8
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO VIII. PROTECCIÓN  AnissaGracias al cielo, no sufrí ningún otro incidente en el camino y pude llegar con bien a la casa, en donde mi tía me recibió tan pronto como toqué la puerta. Parecía haber estado justo detrás esperando mi llegada. Y, tan pronto como se apareció frente a mí, me recibió con un fuerte y cálido abrazo.Solo habían pasado unas horas desde el mediodía hasta ese momento, pero sentí que ese gesto era todo lo que necesitaba para sentirme más tranquila, por lo que correspondí a su gesto dejándome envolver, cansada, en sus brazos.—Pero mira lo tarde que es, Ani —exclamó ella, cuando nos separamos, aunque todavía mantenía sus manos puestas sobre mis hombros. Sus ojos me miraban con preocupaci&o
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Capítulo 9
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO IX. LAS BESTIAS     Anissa —No entiendo absolutamente nada de lo que estás diciendo, Kelly —Me giré por completo hacia ella y le ofrecí una mirada confundida—. ¿Cómo es que algo así podría ser posible? Mis palabras, en realidad, eran un esfuerzo de mi propia mente por entrar en negación. No quería permitirme a mí misma pensar en las posibilidades y llegar a considerar las palabras de Kelly como algo cierto, pero sabía que estaba haciendo un esfuerzo en vano. Mi «yo» racional podía luchar contra lo que ella dijo, pero mis instintos y esas sensaciones que quedaron impregnadas en mi piel desde esa noche se mantenían intactas. Yo sentí algo, un peligro que no podía describirme, siquiera, a mí misma. ¿Cómo iba a negarme eso también?  —Ani, sé que eres nueva en este pueblo y que lo que digo puede sonar como un total disparate —otorgó—. Pero yo he pasado toda
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Capítulo 10
El secreto del Príncipe/María José Madero
CAPÍTULO X. HERIDA  AnissaGracias al hecho de que iba más ocupada viendo mis propios pasos y pensando en mi situación, no me preocupé por mirar lo que tenía enfrente.Y, gracias a eso, terminé tropezando con otra persona.Solté un quejido cuando choqué contra la espalda de a que era más alto que yo: Un hombre. Me llevé una mano a la frente para masajear el golpe que me había dado y junté las cejas.—Lo siento —murmuré, todavía distraída.Solo cuando él se giró hacia mí, noté quién era. Pude reconocer su rostro, aunque antes lo hubiese visto bajo la oscuridad de la noche. Era el mismo chico del caballo que me encontré antes, quien parecía prepararse para descargar sus buenas quejas contra quien se hub
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