Capítulo 89.
Capítulo 89.
Narrador omnisciente:
Paul no tardó ni un segundo en reaccionar. Apenas la sacerdotisa terminó de hablar, él alzó la mano y la música se detuvo. Los murmullos se apagaron de golpe. La fiesta, que minutos antes estaba llena de risas, comida y bailes, se quedó congelada en un silencio sepulcral.
—La celebración ha terminado —anunció Paul con firmeza aunque su sonrisa no se desdibujó por completo—. Agradezco su presencia. Ahora retírense a sus hogares.
Nadie se atrevió a cuestionarlo. Uno a uno, los miembros de la manada comenzaron a marcharse, mirando de reojo a la sacerdotisa y a Every, como si no supieran si lo que habían escuchado era real o si les fallaba la memoria. La confusión se notaba en sus caras, pero nadie dijo nada. Paul había sido claro, y cuando él hablaba, todo el mundo obedecía.
En cuanto el último invitado cruzó los límites del jardín, Paul se volvió hacia la sacerdotisa. No levantó la voz, ni se mostró agresivo. Pero su tono dejó claro que no era una