Capítulo 84.
Capítulo 84.
Nunca pensé que podría volver a mirarlo. No después de lo que hice, de lo que me obligó a hacer. El cuchillo seguía clavado en su pecho cuando salí corriendo de su despacho, y aunque no tenía sangre en las manos, no podía evitar sentirme sucia.
Había pasado un rato y aún no estaba muerta, y lo peor de todo es que él tampoco lo estaba. Para una cosa que me había atrevido a hacer… y también la había hecho mal.
En las paredes del palacio se respiraba un silencio incómodo. Afuera, el caos seguía su curso; la guerra aún rugía en la distancia. Y, sin embargo, dentro de esas cuatro paredes, solo había un propósito en mi pecho: respuestas… y, ¿por qué no decirlo? También venganza.
Esperé a que la noche cayera, a que los guardias cambiaran de turno, a que los sirvientes que curaban sus heridas se retiraran con pasos cansados. La habitación de Paul estaba en penumbra, con un fuego tenue encendido en la chimenea. Entré sin hacer ruido, aunque mi corazón golpeaba tan fuerte que t