Capítulo 135. Parte I.

No recuerdo la última vez que me sentí así de ligera. Era como si, por fin, la vida me estuviera permitiendo respirar sin ese peso constante en el pecho. Tal vez fue después del nacimiento de Clara, o quizá en algún momento de esos pocos y contados días de paz que tuvimos juntos… pero nada se parecía a esto.

Era como si, después de tantas batallas, la calma hubiese decidido quedarse un rato conmigo. Y yo, que siempre fui desconfiada, decidí no hacerle demasiadas preguntas, no fuera a espantarla.

Desperté esa mañana con el sol colándose por la ventana y Elías revolviéndose en la habitación de al lado. Escucharlo reír mientras jugaba con Hugo me produjo una sensación de felicidad, me asomé por la rendija de la habitación y pude ver que Clara dormía en su cuna. Por primera vez en mucho tiempo me di cuenta de que por fin lo tenía todo, o al menos todo lo que siempre había deseado.

Ese pensamiento fue el que me llevó a tomar la decisión. Si de verdad quería vivir e