Capítulo 118.
Capítulo 118.
Narrador omnisciente:
Los últimos días habían sido un torbellino de emociones y heridas abiertas que no terminaban de curar.
Every apenas había dormido. Las ojeras bajo sus ojos eran tan marcadas como la nostalgia en su pecho. Por suerte, Elías y Hugo parecían ajenos a todo. Jugaban con sus bloques de madera, construían torres torcidas y hablaban con sus peluches favoritos.
La risa suave de Elías y Hugo llenaba el cuarto como un bálsamo, pero para Every también era un recordatorio constante de lo mucho que estaba en juego. De lo frágil que era todo y de lo rápido que se pueden perder las cosas.
Erika entró sin llamar, como solía hacer desde que Every la aceptó como su sombra y amiga. Llevaba una bandeja con algo de comida y una tetera humeante.
—No bajaste a cenar. Otra vez —dijo con voz suave mientras dejaba la bandeja en la mesita.
Every negó con la cabeza, sin moverse del alféizar de la ventana.
—No tengo hambre.
Erika se acercó a ella.
—Al menos prueba el t