Capítulo 111.

Narrador omnisciente:

Alexander se preparaba para partir cuando Grettel comenzó a sentir las primeras punzadas. Había estado inquieta toda la noche, pero no dijo nada hasta que la molestia se volvió constante. Era diferente a los dolores habituales. No eran calambres. No era incomodidad. Eran contracciones.

—No te vas a ningún lado —le dijo, sujetándole el brazo con fuerza mientras exhalaba entre dientes.

—¿Estás segura?

Grettel lo miró como si su pregunta fuera absurda. Asintió, sudando.

—Sí. El bebé viene. Ahora.

Alexander mandó aviso inmediato a la sanadora. Habían acondicionado una habitación para el parto, y todo se activó en segundos. Every llegó al instante con Hugo en brazos. Calen iba unos pasos detrás.

—¿Qué pasó?

—Está de parto —dijo Alexander, sin quitarle la vista a Grettel.

Every se acercó a su amiga, le tomó la mano y le habló con voz calmada. Le prometió que todo saldría bien. Hugo, en brazos de su madre, observaba en silencio, como si entendier