Capítulo 106.

Narrador omnisciente:

A la mañana siguiente, el castillo del Norte se llenó de rumores. La noticia de que Every había conseguido que su loba despertara de su letargo corrió como la pólvora entre los pasillos. Algunos sirvientes bajaban la cabeza al verla, otros la observaban con recelo. Había quienes no podían ocultar su molestia al tener que servirle. Uno incluso dejó su bandeja sobre la mesa con torpeza y sin mirarla a los ojos. Otro le cerró una puerta en la cara, fingiendo no haberla visto.

Calen los notó. Cada gesto, cada falta de respeto, cada desaire. No necesitó más de una hora para reunir a los encargados y pedir los nombres de todos los que habían fallado en el trato hacia Every. Uno a uno, fueron llamados a la sala principal. Algunos intentaron justificarse, otros no dijeron nada. Pero Calen no estaba dispuesto a escuchar excusas.

—A partir de ahora —dijo, con voz firme y resonante—, Every no solo es mi pareja, es la Reina. Y quien no la trate como tal, se